El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, revisó los celulares de varios colaboradores con el objetivo de asegurarse que no fue alguno de ellos quien compartió a periodistas la información que ha puesto en jaque al gobierno del presidente estadounidense Donald Trump.

Según dieron a conocer CNN y Politico —que fueron algunos de los medios vetados el viernes pasado de la sesión informativa diaria del portavoz—, Spicer llamó esta semana a sus colaboradores para una “reunión de emergencia” en su oficina, en la cual les comentó su frustración por las recientes filtraciones de datos y les advirtió que el uso de aplicaciones para encriptar mensajes viola las normas federales.

Tras la llamada de atención, el portavoz les pidió sus teléfonos celulares para corroborar que no utilizan ese tipo de aplicaciones y revisar que no hubieran enviado mensajes a periodistas.

Según Fox News, que cita a dos funcionarios del gobierno, “cerca de dos docenas” recibieron el aviso de entregar sus teléfonos.

De acuerdo con las fuentes anónimas citadas por CNN, después de revisar los teléfonos, Spicer les pidió a todos los presentes que no dijeran nada sobre esa reunión y los esfuerzos de la administración Trump por detener el flujo de información en los medios.

La relación del presidente y la prensa está en un momento de gran tensión, ya que las restricciones de la Casa Blanca a ciertos medios causó indignación. Ello aunado a los comentarios en los que el mandatario calificó de “deshonestos” y “enemigos del pueblo” a los medios y aseguró que “el público no les cree más”. 

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