La Cámara de Diputados de Argentina dio media sanción a un proyecto de ley para el uso medicinal del cannabis. El proyecto, que es de autoría del macrismo con el apoyo de otros dos bloques, regula el uso del aceite de marihuana y su importación para pacientes con determinadas patologías; principalmente epilepsia refractaria. Según estudios científicos, algunos de los componentes de la cannabis pueden reducir la frecuencia de las crisis de epilepsia refractaria, presentan una buena tolerancia y no tienen efectos adversos serios.

La Cámara de Diputados dejó en la ambigüedad a las madres que cultivan cannabis como remedio para sus hijos enfermos: el proyecto no las protege de ser penalizadas legalmente por infringir la ley de estupefacientes (que prohíbe el cultivo de marihuana), pero en el debate, algunos diputados pidieron que no se las persiga. Se votó un artículo que crea “un registro nacional voluntario” que podría funcionar como excepción a la ley de estupefacientes para quienes, presentando ciertas patologías, “sean usuarios de aceite de cáñamo y otros derivados de la planta de cannabis”.

Fueron, de hecho, un grupo de madres de niños con esa enfermedad las que empujaron a los legisladores a tratar el tema, luego de una lucha de seis meses. Agrupadas en la ONG Mamá Cultiva –de origen chileno, y desde abril en Argentina, donde ya tiene unos 500 miembros–, estuvieron presentes en el Salón de los Pasos Perdidos del congreso argentino, desde donde seguían el debate que estaba ocurriendo en el auditorio contiguo al Salón.

El proyecto de ley –que ahora debe ser aprobado por el Senado para concretarse– tuvo 220 votos a favor y una abstención, pero continuó con una larga votación nominal, artículo por artículo. En el proyecto se autoriza al Ministerio de Salud a entregar gratuitamente el medicamento a los pacientes con epilepsia refractaria, autismo u otras patologías, pero no se avanza en la legalización del autocultivo, tal como pretenden 21 organizaciones y muchos familiares.

Además, el proyecto propone la creación de un programa estatal que ofrece gratuitamente aceite importado. En Argentina, ya hay pacientes que fueron autorizados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) a importar aceite de cannabis de Estados Unidos, pero se trata de casos excepcionales.

Mientras se debatía, las madres de Mamá Cultiva estaban atentas al punto del autocultivo, ya que muchas de ellas siembran marihuana en su casa para administrársela a sus hijos. Mariana Quiroga, por ejemplo, ha reducido de 30 a 6 el número de pastillas que toma su hija, desde que comenzó el tratamiento con cannabis, hace diez meses.

“A raíz de que mi hija comenzó a usar aceite de cannabis, sus crisis disminuyeron en siete días”, dijo Quiroga a EL UNIVERSAL. “El Estado cree que importar aceite es una solución a corto plazo, pero nosotras queremos otra cosa: la solución es que cada uno cultive porque, según la patología, algunos chicos necesitan cambiar de cepa frecuentemente, y esto un único aceite importado no lo resuelve”.

lsm

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