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Sindicalistas y militantes de movimientos sociales realizaron hoy protestas pacíficas en ciudades de al menos 16 de los 27 estados de Brasil contra el ajuste fiscal promovido por el gobierno del presidente Michel Temer.
Los manifestantes recorrieron las calles del centro en una treintena de ciudades en vísperas de la votación en que la Cámara de Diputados, en segunda y última instancia, puede aprobar la propuesta de enmienda constitucional presentada por el gobierno para limitar los gastos públicos en los próximos veinte años.
La iniciativa limita el aumento de los gastos públicos durante los próximos veinte años a la tasa de inflación del año anterior.
La medida es la base del proyecto de Temer para sanear las cuentas públicas del país y hacer frente al histórico déficit fiscal con que Brasil terminará este año, así como a la deuda pública récord, que ya equivale a más del 70,1 % del producto interno bruto (PIB).
Brasil registrará este año su tercer déficit fiscal consecutivo, tras los saldos negativos de 32.500 millones de reales (unos 9.848,5 millones de dólares) en 2014 y de 111.000 millones de reales (unos 33.636,4 millones de dólares) en 2015. La proyección del Gobierno es que este año el hueco fiscal llegue a 170.500 millones de reales (unos 51.666,7 millones de dólares).
Pero sindicalistas y organizaciones sociales consideran que la limitación terminará congelando las inversiones del Estado en sectores como salud y educación.
En las marchas, por lo mismo, destacaron tanto profesores como estudiantes de universidades y escuelas públicas, quienes exigen aumento de los gastos en educación para resolver los graves problemas de la red pública de enseñanza.
Igualmente estuvieron masivamente presentes funcionarios públicos, que temen la congelación de sus salarios, en manifestaciones que no fueron tan masivas como esperaban los organizadores.
La manifestación en Río de Janeiro bloqueó por un par de horas el paso por la Avenida Río Branco, la principal vía del centro de la ciudad, y transcurrió en forma pacífica, a diferencia de la organizada por los mismos grupos la semana pasada, que tuvo que ser disuelta a la fuerza por la Policía ante el surgimiento de algunos incidentes.
El único incidente en la marcha de este lunes en Río de Janeiro fue protagonizado por los propios organizadores, que se movilizaron para impedir que un grupo de encapuchados se apoderara de la iniciativa e iniciara ataques vandálicos a edificios y vehículos públicos.
La propuesta de enmienda constitucional (PEC) ya fue aprobada en la primera votación de la Cámara de Diputados.
La enmienda constitucional tiene que ser aprobada por tres quintas partes de la Cámara de Diputados, una mayoría que el Gobierno considera contar, antes de ser colocada en votación en el Senado.
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