Tras un golpe que Estados Unidos asestó al ejército hondureño al destapar lazos entre militares y narcotraficantes, la Fiscalía General de Honduras desnudó estrechos nexos de complicidad de policías de ese país con la Mara Salvatrucha (MS—13) y descubrió una vasta red de empresas privadas de esa poderosa pandilla con mansiones de lujo, venta de automóviles y gran variedad de negocios.

La Operación Avalancha II, lanzada esta semana por la fiscalía, reveló las relaciones de la MS—13 con al menos 40 policías que cobraron dinero para compartirle información, alertas y custodia y participar en homicidios, en una cadena en ciudades de siete de los 18 departamentos de Honduras, según información oficial.

Los policías corruptos están sometidos a vigilancia y a investigación de sus propiedades, aseguró la fiscalía.

El embajador de EU en Tegucigalpa, James Nealon, escribió en su cuenta en Twitter que la operación “muestra una vez más que Honduras no tolerará aquellos que se benefician de actividades criminales”.

La fiscalía informó ayer a EL UNIVERSAL que el operativo incluyó 60 allanamientos simultáneos en los departamentos de Francisco Morazán, El Paraíso, Atlántida, Cortés, Yoro, Colón y Comayagua, en los que se privó del dominio un total de 107 residencias, 61 terrenos, 18 sociedades mercantiles, mil 434 vehículos y cuentas bancarias de “cabecillas y socios” de la MS—13.

En las inspecciones a viviendas fueron decomisadas 18 armas de fuego, municiones, cargadores de armas, cartuchos de escopeta, indumentaria policial, equipos de cómputo, 34 celulares “que servirán para poder extraer información referente al caso”, joyas y dinero en lempiras (moneda nacional) y en dólares, precisó.

En su primera fase, en febrero de este año, el operativo Avalancha “asestó un duro y frontal golpe contra los asesinatos, extorsiones, venta y distribución de drogas, entre otros delitos”, recordó la fiscalía, al confirmar que hay órdenes de captura por asesinato, asociación ilícita, extorsión y lavado de activos.

Agregó que, entre los siete arrestos realizados esta semana, destacan el del hondureño Héctor Jacinto Mendoza González, alias Camuma, miembro de la Salvatrucha vinculado al asesinato de dos mujeres fiscales y de una hondureña esposa de un ex policía detenido en la primera etapa de la operación.

A la MS—13 y a su mortal enemiga, la Mara 18 (M—18), originadas entre centroamericanos que en la década de 1980 huyeron a EU de las guerras en el istmo, se les culpa de parte de los altos índices de violencia en Honduras, El Salvador y Guatemala. El fenómeno, surgido en las calles de California, se repitió en esos tres países hace más de 23 años con masivas deportaciones desde Estados Unidos.

El destape de la penetración de las maras en la Policía Nacional sigue a una semana de denuncias de vínculos criminales entre miembros de las Fuerzas Armadas de Honduras y cárteles de este país que es una de las bases principales del narcotráfico en Centroamérica.

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