El candidato presidencial republicano, Donald Trump, acusó ayer a Carlos Slim de inmiscuirse y entrometerse en la campaña estadounidense en favor de su rival demócrata, Hillary Clinton.

Trump, quien en los últimos días ha potenciado su teoría de la conspiración, en la que asegura que el sistema está amañado en su contra para que no llegue a la Casa Blanca, señaló al multimillonario mexicano, accionista de The New York Times (tiene 16% de sus acciones) y gran donante de la Fundación Clinton (“ha dado millones y millones”, según el magnate), como uno de los principales nombres tras el complot.

El ataque a la cuarta fortuna del mundo según Forbes (se calcula que tiene 48 mil 500 millones de dólares) es para Trump un dardo venenoso para golpear de forma triple. Acusando a Slim quiere desacreditar a los medios de comunicación por “deshonestos”; poner en duda la “honorabilidad” de Clinton y su fundación, no sólo por sus lazos con altas fortunas, sino por el conflicto de interés en que incurrió cuando era secretaria de Estado —uno de sus talones de Aquiles permanente—; y retomar los insultos (“violadores, criminales”) y ataques contra los mexicanos. “Como saben, Carlos [Slim] viene de México”, se encargó de remarcar.

“Los reporteros del New York Times no son periodistas: son lobistas corporativos para Carlos Slim y Hillary Clinton”, aseguró el republicano en un mitin en el estado clave de Carolina del Norte, donde un manifestante fue agredido por los seguidores del magnate.

Para Trump, la aparición constante de casos en su contra por acoso sexual forma parte de un complot en el que estarían detrás Slim y Clinton, ayudándose de todos los poderes fácticos posibles. Según dijo, no hay “periódico más corrupto que el decadente y fallido New York Times”, al que tiene entre ceja y ceja de sus ataques, después de que publicara hace un par de semanas un extracto de sus declaraciones de impuestos, que demostraban que en las últimas dos décadas pudo evadir impuestos por millones, así como testimonios de dos mujeres que acusan a Trump de agresión sexual.

“Tenemos que evitar que las grandes corporaciones y sus directivos decidan el resultado (…) de nuestras elecciones. No pueden hacerlo y no se lo vamos a permitir”, anunció Trump, en una frase que según algunos insinúa que no aceptará una derrota electoral en caso de producirse.

The Wall Street Journal ya había adelantado que el republicano atacaría a Slim y antes del discurso y la acusación, Arturo Elías Ayub, director de Alianzas Estratégicas de América Móvil, declaró a EL UNIVERSAL que al empresario mexicano no le importa la vida del candidato. “Sólo te puedo decir que el ingeniero Slim no lo conoce [a Trump] ni de vista y no le interesa en lo más mínimo su vida personal”, señaló.

Es probable que Trump, en los 24 días que quedan de campaña, mantenga su tono agresivo y desafiante. Las teorías del complot en un sistema amañado se multiplican y serán con toda probabilidad la tónica de sus declaraciones públicas hasta el 8 de noviembre, cuando se celebren “las elecciones más importantes de nuestras vidas”, según dijo. Ayer, según la media de sondeos realizada por RealClearPolitics, Clinton superaba al republicano en 6.7 puntos. “Ataque se responde con ataque” es uno de sus lemas, y ante las recientes críticas de abusos sexuales y denigración de la mujer, el republicano no hace otra cosa que responder amenazante.

Ayer aparecieron otras dos mujeres que denunciaron haber sido vejadas sexualmente por Trump, con lo que ya son más de una docena las que le han acusado de acoso.

Una de ellas, Summer Zervos, ex concursante del reality “El Aprendiz”, dijo que Trump le hizo insinuaciones sexuales no deseadas en un hotel en Beverly Hills en 2007, donde dijo que la besó y la llevó a la habitación, pero que ella se negó a tener relaciones con él, por lo que ninguno de los planes de trabajo que discutieron se materializó.

Por su parte, la fotógrafa Kristin Anderson aseguró que el magnate la agredió sexualmente en un club nocturno en Nueva York a principios de la década de 1990, cuando ella tenía menos de 25 años y él le levantó la falda y la manoseó a través de la ropa interior.

Trump dijo recordar vagamente a Zervos, pero desmintió haberse propasado con ella o las otras mujeres que lo han denunciado. “Todo son mentiras”, dijo, y agregó que sus acusadoras son mujeres poco atractivas. De una de ellas dijo que “no estaría entre mis primeras opciones”. El candidato llamó a boicotear el próximo número de la revista People, que publicó la historia de una reportera que narró que el empresario la besó a la fuerza.

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