Mosul.— Al menos 78 miembros del grupo terrorista Estado Islámico (EI) murieron al repeler ayer las fuerzas iraquíes un amplio ataque con suicidas que pretendía retomar la zona de Al Qayara, en el norte de Irak. El portavoz de la Comandancia de las Operaciones para la Liberación de la provincia de Nínive, en la que se ubica Al Qayara, coronel Feras Sabri, informó a EFE que el ataque lo lanzaron la noche del lunes más de 150 combatientes del EI.

Esta operación para recuperar Al Qayara, que les fue arrebatada a finales de agosto, fue denominada por los extremistas “Invasiones de la muerte”. Al Qayara es estratégica por ser la puerta a Mosul y por ser una zona rica en petróleo,

Suicidas al volante de coches-bomba atacaron las unidades de las Divisiones 71 y 91 del ejército y los batallones de emergencia de la policía de Nínive en las aldeas de Zaizia, Al Shibani y Al Houd, situadas al sur y al este de Al Qayara.

Las tropas iraquíes lograron destruir cinco de esos vehículos antes de que detonaran en su objetivo, mientras que otros fueron bombardeados por los aviones de guerra iraquíes y de la coalición internacional. Sabri consideró que esta ofensiva es “un intento desesperado” por parte del EI, después de haber perdido terreno en la zona y en especial Al Qayara, que era “su primera línea defensiva” antes de Mosul, capital de Nínive y bastión de los yihadistas.

No fue el único golpe que recibió el EI en el país. Aviones de guerra de Estados Unidos destruyeron una fábrica de armas químicas de la organización terrorista. Las aeronaves atacaron la instalación cerca de la ciudad de Mosul el lunes, explicó ayer el comandante de la Fuerza Aérea Jeffrey Harrigian.

Se estima que los yihadistas producían allí gas cloro o gas mostaza. En el operativo participaron varios aviones, entre ellos bombarderos B-52.

En total, según el Pentágono, en el ataque participaron 12 aeronaves y los edificios marcados como objetivos fueron más de medio centenar. El Pentágono ha denunciado anteriormente la voluntad del EI de utilizar armas químicas tanto en Siria como en Irak, algo que viola la ley internacional.

También murió en un ataque de la coalición internacional en Mosul Ali Mohamed al Maula, responsable del EI en el distrito de al Kask y de la zona de Atmarat.

La ciudad de Mosul, en cuyas proximidades se encontraba la fábrica de armas químicas, es la capital de facto y principal bastión del grupo terrorista en Irak, que el EI tomó en 2014 y que ahora intenta serle arrebatado por fuerzas iraquíes apoyadas por tropas kurdas.

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