El papa Francisco encabezó ante decenas de miles de peregrinos, turistas y romanos una oración silenciosa por las decenas de personas que murieron en los ataques protagonizados por milicianos en un restaurante en Daca, en Bangladesh, y dos atentados en Bagdad.


Ante la multitud reunida en la Plaza de San Pedro, Francisco expresó su cercanía a las familias de las víctimas que murieron y los heridos.


Instó a los fieles a orar para que "el Señor convierta el corazón de los violentos cegados por el odio".


jlcg

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