Madrid.— Barack Obama aterrizó ayer en Madrid para un viaje fugaz aunque de gran carga diplomática. Había planeado pasar 48 horas en España, pero el asesinato de cinco policías en Dallas el jueves lo obligó a acortar la visita a un solo día. El viaje, el primero a España en 15 años de un presidente de Estados Unidos, es un gesto que entierra el bache en las relaciones iniciado cuando en 2004 José Luis Rodríguez Zapatero, entonces presidente del gobierno español, retiró las tropas de Irak, desairando a George W. Bush.

El Air Force One aterrizó esta madrugada en Madrid procedente de Varsovia, tras la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Está planeado que Obama se entreviste hoy con el rey Felipe y el presidente del gobierno español en funciones Mariano Rajoy. En la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) están citados al mediodía los líderes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez; de Ciudadanos, Albert Rivera, y de Podemos, Pablo Iglesias.

Tendrán una breve entrevista con el presidente estadounidense antes de que éste se traslade a la base naval de Rota (Cádiz), donde viven más de 3 mil 500 estadounidenses, entre marines y familiares, y fondean los cuatro destructores de EU que forman parte del escudo antimisiles de la OTAN. Por la noche Obama regresará a EU.

“Es un viaje importante. España se lo merecía diplomáticamente”, explica Carlota García Encina, investigadora especializada en EU del Instituto Elcano: “Es el resultado de muchas reuniones de alto nivel, entre ellas la visita de los reyes a EU el año pasado”. Según la investigadora, las relaciones comenzaron a recomponerse con la elección de Obama, tras la cual Zapatero estuvo en la Casa Blanca en 2009. “Con la retirada de Irak, España dio una imagen de socio poco fiable, pero luego envió tropas a Afganistán y dio un paso definitivo a la normalización cuando en 2012 en la base de Rota se desplegó el escudo antimisiles”, dice García Encina.

Se espera que Obama y Rajoy conversen sobre las recientes elecciones españolas y las venideras en EU. Pero el terrorismo internacional y las consecuencias del Brexit serán los temas principales. “Obama reafirmará la idea de tranquilidad tras el Brexit, porque necesita que la Unión Europea siga siendo un socio fuerte”, opina García Encina. Con la posible salida de Reino Unido, Washington pierde en Bruselas al socio más atlantista de la Unión.

Sobre la posibilidad de que EU esté buscando interlocutores que cumplan ese papel a partir de ahora, la investigadora considera que “España no puede ocupar el puesto de Reino Unido en la UE, pero probablemente sí subir un escalón en su influencia en Bruselas, por eso a Washingon le interesa intensificar la relación bilateral”. Un asunto en el que puede ser importante España es en el Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP). Igual que Londres, Madrid defiende este acuerdo comercial, que está en una situación muy delicada por el escepticismo de otros socios. “No aprobarlo sería un gran golpe para el legado de Obama, y buscará aliados como España”, cree García Encina.

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