Honduras apartó de sus cargos a más de la mitad de la cúpula policial, en un plan para depurar al cuerpo de seguridad infiltrado por el crimen organizado, anunciaron ayer las autoridades.

El presidente Juan Orlando Hernández está bajo presión para limpiar a la policía después de que el diario estadounidense The New York Times publicara documentos que apuntan a que altos mandos de la fuerza orquestaron el asesinato de Arístides González, zar antidrogas hondureño, por órdenes de un narcotraficante. La Comisión Especial para el Proceso de Depuración y Transformación de la policía anunció la remoción de 27 de los 47 comisionados activos por diversos casos, incluyendo cuatro directamente acusados de participar en la muerte de González.

Otro oficial fue suspendido días antes como parte de la investigación que adelanta la fiscalía por el homicidio de González. Además, cuatro comisionados pasaron a retiro voluntario y se pidió mantener en el cargo a 16 efectivos más.

Es el quinto plan en dos décadas para depurar a la policía, conformada por 12 mil efectivos. Henry Osorto, uno de los comisionados afectados por los cambios, aseguró no tener ninguna acusación en su contra y denunció: “Que se vayan los que colaboran con el crimen. Se están yendo los inocentes”. El grupo indicó que ha solicitado información sobre 108 subcomisionados activos de la policía.

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