El Tribunal Supremo de Brasil aceptó hoy como prueba en el caso de corrupción de Petrobras una confesión de un delator en la que se cita la participación de la jefa de Estado, Dilma Rousseff, su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, y el vicepresidente, Michel Temer, informaron fuentes oficiales.

La delación fue realizada por el senador Delcídio Amaral, exlíder del oficialismo en la Cámara Alta, que fue arrestado acusado de un intento de obstrucción a la Justicia y se acogió a un acuerdo de colaboración.

La prueba se agregó a la documentación de la principal causa abierta en el caso de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, en el que 39 políticos con fuero privilegiado son investigados.

Rousseff, Lula y Temer no son investigados por el caso de corrupción, a pesar de que se les cite en esa delación, aunque esta podría contribuir a que la corte decida en el futuro iniciar un proceso contra esas autoridades.

La delación de Amaral, que fue el jefe de la bancada oficialista en el Senado hasta el momento de su detención y militaba en el Partido de los Trabajadores (PT), fue filtrada a la prensa el mes pasado.

En ella acusaba a Rousseff, Lula y Temer y a decenas de políticos de participar o tener conocimiento de diversos casos de corrupción en los últimos años, algo que negaron los implicados.

La declaración se prolonga por 255 páginas, implica en las corruptelas a decenas de políticos oficialistas y opositores y aporta pruebas como sus agendas oficiales, listas de llamadas y pasajes aéreos usados por el senador.

Asimismo, acusó al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), formación de Temer, de beneficiarse del pago de sobornos en obras del Ministerio de Minas y Energía y de empresas públicas como Eletrosul, Eletronorte, Eletronuclear y de dos direcciones de Petrobras.

Rousseff está bajo una seria amenaza de ser sometida a un juicio político con miras a su destitución, que si prospera llevará a la Presidencia a Temer.

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