La tarde de este sábado fue encontrado el cuerpo de un niño de dos años, reportado como desaparecido desde el martes pasado en la localidad de Austin, ubicada a 120 kilómetros al oeste de Winnipeg, la capital de Manitoba, en el centro de Canadá.

Más de 500 personas habían participado junto con la policía en la búsqueda del niño Chase Martens, quien fue encontrado sin vida en un arroyo, a 500 metros al sur de su casa.

La tarde del pasado martes, el menor se encontraba jugando en el patio de su casa. Su madre dejó de verlo por sólo 10 minutos y cuando regresó, el niño había desaparecido.

De inmediato, los elementos de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP) iniciaron la búsqueda, a la que se sumaron decenas de vecinos y familiares.

La policía consideraba que había altas probabilidades de que el niño hubiera sido arrastrado por el arroyo, por lo que fue revisado una y otra vez sin éxito.

Ante la posibilidad de un secuestro, los padres del infante habían enviado un mensaje a través de los medios para exhortar a la persona que pudiera tener al niño, a devolverlo, asegurando que no harían ninguna pregunta.

La búsqueda continuó por tres días con helicópteros, drones y equipo especial de localización debajo del agua, hasta que este sábado concluyó al ser localizado el cadáver de Chase.

Las autoridades informaron que al parecer el menor caminó hacia el arroyo, aunque agregaron que se le realizará una autopsia para determinar la causa de la muerte.

El gobernador de Manitoba, Greg Selinger, expresó sus condolencias a la familia del pequeño Chase.

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