La Habana.— El patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill, arribó ayer a Cuba, donde hoy mantendrá una reunión histórica con el papa Francisco, el primer encuentro entre los líderes de las Iglesias ortodoxa y católica tras el cisma de 1054.

“Deseo bienestar al pueblo cubano y alegría a cada uno de ustedes. Que Dios, con su misericordia y amor, esté con ustedes”, señaló Kirill en una breve declaración a su llegada a La Habana desde la pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, donde fue recibido por el presidente cubano, Raúl Castro, quien gestionó el encuentro entre Kirill y Francisco.

“Los pueblos de Rusia y Cuba están unidos por muchos años de relación de cooperación y de amistad y yo tendré aquí la oportunidad, de hablar con la gente, de transmitir los buenos deseos del pueblo ruso”, dijo Kirill, quien lució una larga barba blanca, un sombrero en forma de cúpula y una vestimenta blanca y negra, en un breve comentario a los periodistas.

Castro, de 84 años, dialogará hoy en privado con el patriarca Kirill poco antes de la llegada de Francisco a la isla, una escala en su viaje a México.

El Papa y el Vaticano ayudaron de manera significativa al acercamiento entre Cuba y Estados Unidos tras más de cinco décadas de enemistad ideológica. Ahora, Francisco intentará reparar una diferencia mucho más profunda.

La ortodoxia oriental se separó de Roma en el Gran Cisma de 1054. La Iglesia rusa cuenta actualmente con unos 165 millones de los 250 millones de cristianos ortodoxos del mundo.

El Vaticano y el Patriarcado de Moscú informaron de manera sorpresiva su encuentro en La Habana con una semana de antelación.

Kirill tendrá una estancia más prolongada en la isla. También visitará la pequeña pero simbólica Iglesia ortodoxa en Cuba, construida entre 2004 y 2008 y a la que asiste una comunidad rusa residente en la isla desde las décadas de la influencia soviética en el país caribeño.

Se espera que ambos líderes religiosos aborden la finalización de la persecución y matanza de los cristianos en Medio Oriente, así como las diferencias bilaterales entre las Iglesias. El sentido principal del encuentro entre los jerarcas es que “actúen con una sola voz poderosa en cuestiones que inquietan a toda la humanidad”, aseguró esta semana la oficina de Relaciones Exteriores de la Iglesia ortodoxa rusa.

Sobre el rol cubano, Arturo López-Levy, profesor de origen cubano de la Universidad de Texas-Rio Grande Valley, dijo que la isla ha pasado “de actor revolucionario, aislado entre los estados del hemisferio occidental, con la excepción de México y Canadá, a ser vista como un país en transformación, insertado en el orden internacional vigente”.

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