Con los ecos de las últimas masacres en San Bernardino y Colorado, la Suprema Corte de Estados Unidos propinó ayer un duro revés al poderoso lobby de las armas al desestimar un recurso promovido por la Asociación del Rifle de Illinois para mantener vigente la prohibición de Highland Park, una ciudad muy próxima a Chicago, para prohibir el uso de armas de asalto y los cargadores de munición de gran capacidad.

La decisión del máximo tribunal se produce a las pocas horas de que el presidente Barack Obama haya demandado al Congreso legislar a favor de un mayor control en la compra y venta de armas. La resolución de la Suprema Corte se produjo en medio de una marcada división. Los magistrados más conservadores manifestaron su abierta discrepancia al alegar que esta decisión afecta a millones de personas que poseen armas de forma lícita.

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