Buenos Aires.— El mismo frío con el que arrancó la jornada se prolongaba en la noche en el cuartel general del kirchnerista, Daniel Scioli, cuando los resultados preliminares indicaron que no sólo no evitó la segunda vuelta en su búsqueda por la presidencia, sino que lo aventajaba el opositor Mauricio Macri.

La primera comunicación oficial estuvo a cargo del ministro de Justicia, Julio Alak, quien dio a conocer el escrutinio a 67.7% de las mesas contadas. Allí el conservador Macri obtuvo 36.24% contra 34.70% del kirchnerista Scioli y 21.09% para Massa. Lo que determina que hay una segunda vuelta cuando todavía falta “cargar 40% de los datos de la provincia de Buenos Aires”, según Alak.

El peronismo también recibió un duro golpe, luego de perder su principal bastión, la provincia de Buenos Aires, tras 28 años en el poder.

Los dos principales candidatos a suceder a Cristina Kirchner reconocieron ayer que por primera vez en la historia del país habrá una segunda vuelta electoral.

Macri agradeció anoche a los que votaron por él y dijo que “esta confianza que depositaron con su voto no sólo me emociona, sino que me llena de responsabilidad”.

Scioli dio un discurso en el estadio Luna Park de Buenos Aires, que sonó más al de un candidato en campaña que al de un ganador, en el que llamó a los que “nos votaron, a los indecisos e independientes a que nos sigan”, al tiempo que cuestionó duramente a su contrincante, Macri.

Massa felicitó anoche a los dos postulantes más votados, pero no adelantó a quién apoyará en una eventual segunda vuelta.

La jornada electoral se realizó sin contratiempos y con una gran afluencia de público (79% del padrón, según la Dirección Nacional Electoral) en las mesas electorales, a pesar de la baja temperatura. “Acá se chorearon [robaron] hasta el clima, fíjate, estamos en primavera, tendría que hacer calor y hace un frío terrible, por eso tengo que cambiar y votar por el cambio”, explicaba Marín Del Moral, profesor de historia de 43 años en una mesa de la Escuela Valentín Gómez del barrio de San Telmo. Y “el cambio” en esta elección, es sinónimo de Macri.

En el colegio del barrio de Palermo, donde votó Macri, Javier Espina, un arquitecto de 47 años, opinó: “Si [Macri] no pudo cambiar la ciudad cómo va a cambiar el país. Yo apoyo a Scioli porque representa la herencia de este gobierno que sí modificó la realidad de millones de personas en estos años”.

La presidenta, Cristina Kirchner, que sufragó en la ciudad de Río Gallegos, provincia de Santa Cruz, dijo que “dejamos un país absolutamente normal, sin crisis económicas y sociales ni temores, con crecimiento”, y advirtió que no se separará de la política tras su salida.

De confirmarse el balotaje, para los analistas “comienza otra elección en la que Scioli deberá barajar y dar de nuevo, ya no contará con las estructuras regionales de gobernadores, que ya fueron electos o perdieron y habrá que esperar qué hará Macri en relación con los votos de Massa”, explicó la socióloga Graciela Romer, mientras esperaba, con el resto del país, los primeros cómputos oficiales.

La espera de resultados se hizo larga. Las autoridades electorales habían advertido de que los datos se iban a retrasar, pues se trata de las elecciones más ajustadas de la última etapa democrática, desde 1983. Todo en Argentina olía desde un principio a que el electorado deberá volver a las urnas el próximo 22 de diciembre para decidir entre Macri y Scioli, dos amigos de muchos años que ahora compiten por convertirse en el reemplazo de Cristina Kirchner.

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