El papa Francisco celebró hoy en Filadelfia la aportación que hacen los migrantes a Estados Unidos y aseguró, con una mención especial a los hispanos, que "ayudarán a renovar" la sociedad de ese país.

En uno de los últimos actos multitudinarios de su viaje a Estados Unidos el pontífice mostró su decidido apoyo a personas de otros países que emigran al norteamericano, les aseguró que "encontrarán" su lugar y les alentó a no desanimarse ante retos y dificultades.

Francisco, que ante el presidente Barack Obama se presentó a sí mismo esta semana en la Casa Blanca como un "hijo de migrantes", dijo a decenas de miles de personas: "traen muchos dones a su nueva nación. No se avergüencen nunca de sus tradiciones".

"Muchos de ustedes han emigrado a este país con un gran costo personal, pero con la esperanza de construir una nueva vida. No se desanimen por los retos y dificultades que tengan que afrontar", les dijo el Papa.

Les recordó que "están llamados a ser ciudadanos responsables y a contribuir provechosamente a la vida de las comunidades en que viven" y apeló a la "vibrante fe" que muchos de ellos poseen, "en el profundo sentido de la vida familiar y los demás valores que han heredado".

"Al contribuir con sus dones, no solo encontrarán su lugar aquí, sino que ayudarán a renovar la sociedad desde dentro", aseguró Jorge Mario Bergoglio, que hoy llegó a Filadelfia, la última etapa de su viaje a Estados Unidos, desde donde partirá el domingo de regreso a Roma.

Francisco se dirigió en su discurso a los miles de personas que le vitoreaban en las calles de Filadelfia, muchos de ellos parte de la "gran población hispana de América".

El inequívoco apoyo de Francisco llegó precisamente en Filadelfia, una de las "ciudades santuario" a la que los republicanos estadounidenses critican por proteger de la deportación a inmigrantes indocumentados.

Tuvo un elogio de lo que denominó "ciudades de amor fraterno", donde se defienden "la causa de los pobres y los inmigrantes".

"Ustedes son su voz, y muchos de ustedes han hecho que su grito se escuche. Con este testimonio, que frecuentemente encuentra una fuerte resistencia, recuerdan a la democracia americana los ideales que la fundaron, y que la sociedad se debilita siempre que -y allí donde- la injusticia prevalece", proclamó el Papa.

El pontífice incorporó este respaldo a la inmigración en el contexto de un discurso pronunciado en español en el Independence National Historical Park de Filadelfia convocado para reivindicar la libertad religiosa con la comunidad hispana de Estados Unidos y con representantes de otros inmigrantes.

A todos ellos el Papa les ofreció su respaldo en el mismo lugar en el que se proclamaron por primera vez las libertades que definen a Estados Unidos; les recordó que "la Declaración de Independencia proclamó que todos los hombres y mujeres fueron creados iguales"

Y que los Gobiernos existen para proteger los "derechos inalienables" que tienen todos los seres humanos.

El Papa rindió homenaje a "las grandes luchas que llevaron a la abolición de la esclavitud, la extensión del derecho de voto, el crecimiento del movimiento obrero y el esfuerzo gradual para eliminar todo tipo de racismo y de prejuicios contra la llegada sucesiva de nuevos americanos".

"Cuando un país está determinado a permanecer fiel a sus principios fundacionales, basados en el respeto a la dignidad humana, se fortalece y renueva", declaró.

Francisco reivindicó que todos puedan ver "garantizado el ejercicio colectivo de sus derechos" porque así "no solo son libres para realizar sus propias capacidades, sino que también contribuyen al bienestar y al enriquecimiento de la sociedad".

La defensa de la libertad religiosa ocupó parte del discurso de Francisco, quien hizo especial hincapié en que ese concepto "trasciende los lugares de culto y la esfera privada de los individuos y las familias".

ahd

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