Washington.— Los presidentes de Estados Unidos y China anunciaron ayer un acuerdo para rebajar la tensión sobre sus actividades en el ciberespacio y apostaron por consolidar su alianza desde una perspectiva pragmática, cooperando en asuntos de interés mutuo pese a sus marcadas diferencias en varias áreas.

Luego de una reunión en la Casa Blanca, el presidente estadounidense Barack Obama rápidamente se centró en la espinosa disputa entre las dos economías más grandes del mundo: las crecientes quejas estadounidenses sobre los ciberataques chinos a bases de datos del gobierno y corporativas.

“Presenté, otra vez, nuestra preocupación sobre la creciente amenaza informática a las compañías estadounidenses y a los ciudadanos estadounidenses. Señalé que deben terminar”, dijo Obama a periodistas en una conferencia conjunta, con Xi a su lado. “Hoy puedo anunciar que nuestros dos países alcanzaron un acuerdo común sobre la manera de seguir adelante”, agregó.

La Casa Blanca dijo que ambos líderes acordaron crear un equipo de expertos para discutir los temas informáticos y un grupo de alto nivel para hablar sobre cómo luchar contra el crimen cibernético que se reunirá para finales de 2015 y luego dos veces por año. También se pactó que ninguno de los dos gobiernos se implicará en ni apoyará el robo cibernético de propiedad intelectual, “incluidos secretos comerciales u otra información de negocios confidencial, con la intención de proporcionar ventajas competitivas a compañías o sectores comerciales”.

“Esto es un avance. La cuestión ahora es si las palabras van seguidas de acciones, y lo estaremos observando muy detenidamente”, afirmó Obama en la conferencia. No obstante, el presidente estadounidense se reservó la posibilidad de imponer sanciones a “individuos y entidades” chinas cuando tenga “pruebas de que están yendo contra compañías o personas en EU”.

Las dos potencias más contaminantes del mundo también dieron un impulso a sus compromisos contra el cambio climático, especialmente China, que anunció que en 2017 pondrá en marcha un sistema nacional de comercio de derechos de emisión de CO2. China anunció asimismo que creará un nuevo fondo con una dotación de 3 mil 100 millones de dólares para ayudar a países pobres a combatir el cambio climático.

Obama le expresó a Xi su preocupación sobre los derechos humanos en China, a lo que el presidente chino respondió que “los países tienen diferentes procesos y realidades históricas”, y que éstos deben “respetarse”. EFE y Reuters

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