Washington. — Cuando hoy los 11 participantes del debate estelar del Partido Republicano inicien su ronda de preguntas y respuestas, los reflectores estarán atentos a la sonrisa de estrella de rock de Donald Trump, quien se mantiene a la cabeza de las encuestas.

Pero también del neurocirujano Ben Carson, un médico exitoso en las grandes ligas de la cirugía que incursionó en la política para convertirse en otra de las grandes sorpresas de verano, con un respaldo que lo ha colocado en el segundo lugar de las preferencias.

Según la encuesta difundida ayer por el diario The New York Times, en los últimos días Carson experimentó un despegue meteórico para colocarse a sólo 4 puntos porcentuales de distancia de Trump. Según esta encuesta, el magnate del sector inmobiliario se mantiene a la cabeza con 27%, pero Carson le respira en la nuca con 23%.

El fenómeno de los candidatos que nunca han ocupado un cargo de elección popular pone de relieve el hartazgo de la base republicana con los políticos tradicionales y un motivo de preocupación para los barones del partido de cara a las presidenciales de 2016.

El hecho de que Carson irrumpa hoy con fuerza demuestra hasta qué grado la mayoría de la base conservadora confía en un profesionista exitoso, en lugar de un político que hoy es causa de recelos y hasta de rechazo.

El que tres de los candidatos no tradicionales en liza, Trump, Carson y la empresaria Carly Fiorina figuren como punteros en las encuestas da la medida del enojo con la clase política y la profunda crisis de identidad que se vive al interior del Partido Republicano. “Lo que no hay duda es que hay una amplia insatisfacción y desconfianza hacia los políticos tradicionales en buena medida porque se les percibe como un hatajo de oportunistas en manos de los intereses creados”, aseguró el analista Paul Brandus, al tratar de explicar la popularidad de personalidades como Trump, Carson o Fiorina.

La mala fama de los políticos tradicionales ha puesto en aprietos al ex gobernador de Florida, Jeb Bush; a los senadores por Texas y Florida, Ted Cruz y Marco Rubio, e incluso a políticos de larga trayectoria como John Kasich, el gobernador de Ohio y a Scott Walker, gobernador de Wisconsin. Tanto Bush como Walker han experimentado un descalabro en la encuesta difundida ayer por The New York Times. El hijo del ex presidente George H. W. Bush y hermano del ex presidente George W. Bush, Jeb cayó a 6% después de haberse mantenido en torno al 13%, mientras Walker cayó desde 10% hasta 2%.

Al igual que ocurrió en el primer debate, de los 11 programados por el Partido Republicano, una primera tanda de aspirantes participará en un primer debate a las 18 horas, de la costa este, con la participación del ex senador por Pennsylvania Rick Santorum, el senador por Carolina del Sur Lindsey Graham, el gobernador de Louisiana, Bobby Jindal, y el ex gobernador de Nueva York George Pataki.

Dos horas más tarde se producirá el debate estelar con la participación de Trump, Carson y Bush; la empresaria Fiorina, los senadores por Florida, Texas y Kentucky, Rubio, Cruz y Rand Paul; los gobernadores de Nueva Jersey, Ohio y Wisconsin, Chris Christie, Kasich y Walke, y el ex gobernador de Arkansas, Mike Huckabee.

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