Dos estadounidenses y un británico sufrieron heridas por asta de toro, y otras ocho personas resultaron heridas el martes en el primer encierro de las fiestas de San Fermín, en Pamplona, donde miles de corrieron por las calles junto a seis toros bravos.

Mike Webster, un terapeuta de 38 años de Gainesville, Florida, sufrió una cornada al participar en su 38vo encierro en 11 años, según dijo en su lecho de hospital.

La oficina de prensa de San Fermín dijo que sufrió una herida en la axila y Webster dijo que antes de participar en un nuevo encierro lo hablará con su esposa.

Un californiano de 27 años identificado por las iniciales D.M.O. sufrió heridas por asta.

Por su parte, un británico de 30 años con las iniciales A.B.O. sufrió una cornada en la entrepierna. Ninguno de los tres tenía pronóstico serio.

Entre los otros ocho heridos había tres estadounidenses, la mayoría por contusiones sufridas en caídas y choques con la multitud durante el encierro, que se emite por la televisión nacional y duró poco más de dos minutos.

En su primer informe después del encierro, la Cruz Roja española informó de una persona que sufrió una cornada y de seis personas heridas.

En el encierro diario, seis toros bravos recorren 850 metros desde un corral hasta la plaza de toros. Luego los lidian a muerte toreros profesionales en las corridas por la tarde. La fiesta de nueve días en Pamplona, que ganó fama por la novela de Ernest Hemingway "Fiesta"  (The Sun Also Rises) de 1926, atrae a miles de turistas.

Los encierros son parte tradicional de los festivales de verano en todo el país. Decenas de personas resultan heridas, sobre todo al sufrir caídas.

Dos hombres murieron recientemente de cornadas en los festivales: uno el sábado en Grao de Castellón, en el este del país, y el otro el 24 de junio en Coria, en el suroeste.

En total, 15 personas han muerto por cornadas en los Sanfermines desde 1924, cuando se empezaron a llevar cuentas.

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