El Cairo.— Un tribunal en Trípoli condenó ayer a muerte a Saif al Islam Gaddafi, hijo del fallecido dictador libio Muammar Gaddafi, y a otros ocho ex funcionarios de gobierno, un proceso que fue criticado por organizaciones de la ONU y defensores de los derechos humanos.

Saif al Islam Gaddafi, de 43 años, no apareció en la sala de audiencia del tribunal para escuchar la sentencia, informó la agencia oficial de noticias libia LNA. El hijo de Gaddafi está detenido en la ciudad de Zintan, en el oeste de Libia, desde que fue capturado a finales de 2011. Por seguridad participó mediante videollamadas en las vistas judiciales, que comenzaron en abril de 2014.

Entre los otros condenados a la pena capital figuran los ex primeros ministros Baghdadi al Mahmudi y Abuzaid Dorda, así como el ex jefe del servicio de inteligencia Abdullah Senussi.

Todos fueron acusados, entre otros cargos, de asesinatos cometidos durante el levantamiento popular contra Gaddafi en 2011, de incitar al asesinato de manifestantes pacíficos, de reclutar a mercenarios y de crear milicias para reprimir el alzamiento contra la dictadura. Saif al Islam Gaddafi fue acusado, además, de corrupción. La defensa de Gaddafi apelará la sentencia.

El tribunal condenó a otros 23 acusados en el mismo caso a penas de prisión de entre tres años y cadena perpetua. Algunos de los encausados expresaron su repudio calificando las sentencias de “injustas”. Cuatro acusados fueron absueltos y un quinto enviado a un hospital para recibir tratamiento mental.

La portavoz del Alto Comisariado de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos en Ginebra, Ravina Shamdasani, criticó que el tribunal de Trípoli no probó de forma suficiente la culpabilidad individual de cada uno de los acusados y que se produjeron graves problemas respecto al acceso a los abogados defensores.

La organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) denunció que el juicio violó los principios de independencia e imparcialidad. “Las víctimas de los graves crímenes cometidos durante el levantamiento de 2011 merecen que se haga justicia, pero sólo se logrará a través de un proceso justo y transparente”, dijo Joe Stork, subdirector para Oriente Medio y África de HRW. Amnistía Internacional (AI) subrayó la incapacidad de Libia de administrar la justicia en base a los criterios internacionales.

El Tribunal Penal Internacional en la Haya había pedido en 2014 la extradición de Saif al Islam Gaddafi, acusado por esta corte de crímenes de lesa humanidad, a fin de garantizar un juicio justo. Sin embargo, las autoridades de Zintan se negaron a entregarlo a La Haya o incluso a Trípoli, ante la desconfianza y enfrentamiento con las autoridades de la capital.

Libia está sumida en el caos ante la división creada por la lucha entre varias milicias rivales y la existencia de dos gobiernos paralelos: uno reconocido internacionalmente con sede en Tobruk y otro de mayoría islamista que gobierna desde Trípoli. El caos ha sido aprovechado por extremistas del Estado Isámico (EI), que operan en el país. DPA y EFE

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