Estambul.— Al menos 30 personas murieron y cerca de un centenar resultaron heridas en un centro cultural de Turquía, durante un ataque suicida perpetrado ayer en la ciudad de Suruc, que las autoridades han atribuido a la milicia terrorista Estado Islámico (EI).

La explosión se produjo en el jardín de un centro cultural, durante un evento en el que participaban miembros de un grupo izquierdista juvenil conocido como SGDF, simpatizante con los combatientes kurdos de Siria. El evento, en el que al parecer había unas 300 personas, estaba centrado en la reconstrucción de Kobane, ciudad sirio-kurda que a finales de enero fue liberada del dominio de los yihadistas precisamente por combatientes kurdos.

En videos subidos a las redes sociales se ve el momento del ataque: los jóvenes coreaban eslóganes y portaban pancartas cuando se produjo una explosión que dejó cuerpos tendidos por el suelo.

El primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, dijo que todo indica que el ataque es obra del EI y el Ministerio de Interior prometió llevar a los autores ante la Justicia, mientras el presidente Recep Tayyip Erdogan, quien se encontraba de visita en Chipre, condenó a los responsables de lo que consideró una “brutalidad”.

En Estambul, varios miles de personas salieron a las calles para repudiar el ataque, que es el peor ocurrido en Turquía en más de dos años. Por la noche, la manifestación fue disuelta por policías, que usaron gas lacrimógeno contra los manifestantes.

En tanto, en Kobane murieron otras dos personas en un atentado con coche-bomba, según informaron fuentes locales. La explosión se produjo junto a un puesto de control de las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas, cerca de una escuela, informaron las fuentes. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, los dos fallecidos son combatientes de las YPG.

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