El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, argumentó el martes que la ley y la historia están de su lado en la disputa legal sobre su orden ejecutiva de proteger de la deportación a millones.

Obama señaló que su administración apelará la orden de un juez federal en Texas que bloquea temporalmente su programa. El dictamen le da a una coalición de 26 estados tiempo para interponer una demanda que busque la detención permanente de estas órdenes.

El mandatario señaló a la prensa desde la Oficina Oval que confía en que no excedió los límites de su autoridad al dictar la orden. Predijo que el caso se resolverá a su favor.

Mientras tanto, comentó que su administración acatará el resultado. Eso significa que los Servicios de Inmigración y Ciudadanía dejarán de trabajar en planes para lanzar el programa hasta nuevo aviso.

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