La Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (Propaem) inició procedimiento administrativo para demoler 25 viviendas ubicadas dentro del área natural protegida Sierra de Guadalupe, a las que colocó sellos de clausura.

Jorge Román Saldívar, titular de la Propaem, informó que pepenadores del ex tiradero de Coacalco construyeron viviendas con materiales provisionales dentro del área natural protegida, por lo que desde el 2012 la Coordinación de Preservación Ecológica del gobierno estatal presentó la denuncia correspondiente.

Mencionó que 25 viviendas, habitadas por igual número de familias, fueron edificadas en unas cinco hectáreas del paraje Ayácatl, cerca del ex tiradero municipal de Coacalco, en la Sierra de Guadalupe, por lo que la mayoría de quienes ocupan las casas son pepenadores.

Román Saldívar y Fidel Velázquez Escalera, coordinador de Preservación Ecológica del gobierno estatal, notificaron a las 25 familias sobre el procedimiento administrativo iniciado en su contra y colocaron sellos de clausura a las viviendas.

“Les notificamos a todas las personas que habitan estas viviendas provisionales el inicio de un procedimiento administrativo por llevar a cabo a este tipo de construcciones dentro de esta reserva ecológica, lo cual no está permitido”, dijo Román Saldívar.

Agregó que al mismo tiempo “determinamos imponer una medida de seguridad que consistió en la clausura temporal total de estas actividades, con el propósito de ir frenando este desarrollo inadecuado”.

Explicó que las familias tendrán derecho de audiencia y de recurrir a las medidas legales que consideren pertinentes, aunque confió que el procedimiento concluya en unos dos meses con la demolición de las casas.

Velázquez Escalera mencionó que está pendiente el desalojo de otros asentamientos irregulares en la Sierra de Guadalupe, entre ellos cinco puntos en Ecatepec, con ocupación de unas 30 hectáreas, como Tablas del Pozo y La Agüita, además de que recientemente suspendieron el depósito de materiales de construcción en un predio de la reserva ecológica, en Tlalnepantla.

Destacó también la construcción de una barda perimetral en la Sierra de Guadalupe, que lleva actualmente 54 kilómetros de los 78 kilómetros de límites de la reserva ecológica, aunque en algunos puntos no se requiere de muro, debido a que por las condiciones geográficas es imposible que ahí se asienten personas.

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