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Punza en las piernas, se entumecen las manos y las mejillas. Así se siente el frío en la parte alta de la delegación Cuajimalpa, que cubrió con una capa de nieve la colonia Tres Cruces, donde el descenso de la temperatura caló más entre sus habitantes.

Esta comunidad se halla en los límites con el Estado de México, a unos minutos de La Marquesa, y su única vía de comunicación es la carretera México-Toluca; las viviendas están construidas en medio de una zona boscosa, la mayoría son de un solo nivel, con techos de lámina de cartón, asbesto o metal; pocos tienen techo de losa con chimenea.

“A una que está más grande hasta le duelen los huesos”, dice doña Salvadora Hernández, abrigada con dos chamarras, dos suéteres y un gorro.

Con esas prendas puestas se asomó al patio ayer cerca de las 07:00 horas, cuando el clima helado cubrió con nieve las calles, autos y casas.

Más tarde los vecinos salieron a jugar y formar muñecos con la nieve, mientras que algunos automovilistas se orillaban en la carretera para tomar fotos de la imagen de pinos con escarcha en medio de neblina y casas teñidas de blanco.

“Ya son tres nevadas que paso aquí, hace 16 y 12 años, y la de ahora”, añade la señora, quien reunió leña, compro tortillas, harina y sopas de pasta para tener provisiones y salir lo menos posible de casa.

Se prevé que al menos hoy continúen las malas condiciones climáticas, dice Federico Rosales, director de Protección Civil en Cuajimalpa, basado en datos del Sistema Meteorológico Nacional (SMN).

Ante esta situación, la delegación empezó a repartir mil 500 cobijas, habilitó dos albergues en los deportivos Cacalote y Morelos, del centro de la demarcación; además de montar una guardia en Tres Cruces, donde viven 450 familias.

Personal de la delegación limpió 30 techumbres precarias para evitar un colapso y aunque las familias pueden seguir dentro de esas casas, están permanentemente monitoreadas.

Experiencias pasadas los marca. Javier Huerta sale de su casa frotando sus manos y esconde su barbilla en una bufanda roja.

“Teníamos miedo de que se hundiera el techo con el peso de la nieve”, cuenta el vecino y recuerda que en abril de 2014 una granizada tiró cientos de viviendas en la comunidad vecina de La Pila, pero al final la capa de unos cuatro centímetros de espesor se derritió, aunque se filtró por las goteras de las láminas de asbesto.

Los habitantes cuentan que los mayores problemas por el clima son la proliferación de enfermedades respiratorias y dolor de huesos en los casos de adultos mayores.

En la zona no hay centro de salud ni doctores particulares, “hay que ir hasta el centro de Cuajimalpa muy temprano a sacar ficha y es cuando más frío hace o, si no, gastar en un médico privado que está en La Pila [a un par de kilómetros]”, explica Cristina Bringas, quien ha vivido sus 71 años en Tres Cruces.

Aunque dicen estar acostumbrados a las bajas temperaturas del lugar, que cayeron a cuatro grados ayer, el señor Javier asegura que hace tres días empezó a sentirse un frío atípico: “¿Qué podemos hacer? Sólo abrigarnos y esperar a que venga otra vez el frío, qué hacemos si son los ciclos de la naturaleza”.

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