El ingreso de Jorge Eduardo N —el presunto asaltante que quedó paralítico tras recibir un disparo por parte de un agente de la Policía de Investigación— al Reclusorio Preventivo Varonil Oriente estará plagado de carencias para poder sobrellevar su situación física y de salud dentro de la cárcel.

Y es que ni en este penal ni en los otros nueve que tiene la capital del país se tienen las condiciones adecuadas para que la población con algún tipo de discapacidad tenga un adecuado ‘estilo de vida’. Con Jorge Eduardo ya suman 503 personas con discapacidad en el Sistema Penitenciario capitalino.

Un balance realizado por diputados panistas revela que sólo dos de los 10 Centros de Reclusión que conforman el Sistema Penitenciario del Distrito Federal tienen rampas y accesos destinados para personas con discapacidad motriz.

En entrevista, la diputada panista Olivia Garza de los Santos consideró que los reos que tienen capacidades diferentes “son más vulnerables que el resto de la población, por su misma situación física. No tienen la misma coordinación ni movilidad motriz que otras personas (...), necesitan más apoyo que el resto de la población”.

En diciembre de 2014, Garza de los Santos emitió un punto de acuerdo para exhortar a la Subsecretaría del Sistema Penitenciario del Distrito Federal a implementar acciones encaminadas al bienestar de las personas con discapacidad que se encuentran al interior de los centros de reclusión del Distrito Federal, de acuerdo con lo establecido por el artículo 14 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Dijo que actualmente sólo hay dos penales certificados, los cuales son para jóvenes: “Hablando de los 10 Centros de Reclusión del Distrito Federal, en este momento tengo confirmados dos que ya cuentan con las instalaciones necesarias para personas con discapacidad y los otros ocho todavía no confirman que hagan alguna modificación”.

Según la página electrónica de la Subsecretaría de Sistema Penitenciario, el 26 de agosto de 1976 se inauguró el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, y no fue diseñado para reos con discapacidad.

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