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Decenas de baches evidencian el deterioro de las calles de la delegación Cuauhtémoc, como Humboldt, que no sólo presenta daños sobre el pavimento, sino que también tiene que lidiar con la imagen de inseguridad y descuido que le dan las personas en situación de calle.

A lo largo de los años, esta vialidad ha sido identificada porque en dos de sus cruces se asentaron grupos de personas sin hogar; uno a la altura de la calle Artículo 123, y el segundo a la altura de la avenida Juárez.

El olor a suciedad y orines prolifera en ambas zonas de la calle, razón por la cual los peatones dejaron de frecuentarla. “Prefiero dar la vuelta que pasar por aquí. Me dan desconfianza las personas en situación de calle que viven aquí, me han dicho que hasta han intentado asaltar”, comentó Lucía.

Para la señora Marlene no sólo es molesto que le pidan dinero cuando pasa por ahí, sino que le desagrada el olor que invade el ambiente cuando hacen sus necesidades en la vía pública.

“Siempre está sucio, no les importa que los vean, hacen del baño en la calle y hasta tienen relaciones sexuales. Es muy molesto tener que aguantar todo eso, para nosotros representa un foco de infección”, comentó.

La mujer de 45 años considera injusto que siendo habitante de la zona, tenga que “soportar los malos olores y no tener la libertad de caminar por donde quiera”, por lo que debe buscar alternativas para sentirse tranquila.

En la zona se observan comercios y, a decir de los vecinos, a éstos asiste poca gente porque evitan la zona.

“La calle es conocida por los indigentes que a cada rato se ponen y se quitan a la altura de Artículo 123 y por la ex Contraloría. Es insoportable pasar por aquí, apesta a suciedad y otras veces huele a activo”, resaltó Carmen.

Otro de los motivos por los que dejó de ser frecuentada la calle Humboldt es por las obras que se realizan desde hace aproximadamente 15 días.

De acuerdo con personal de la delegación Cuauhtémoc, son labores de drenaje que lleva a cabo el Sistema de Aguas de la Ciudad de México.

Estas acciones contribuyen al mal aspecto que tiene la vía, pues para comodidad de los trabajadores se colocaron baños portátiles, de los cuales también emanan olores fétidos.

Las autoridades delegacionales desconocen cuándo concluirán las obras, pues argumentan que dependen del gobierno central.

Sobre la situación de los indigentes, comentaron que se mantendrán al margen, hasta que intervenga la Comisión de Derechos Humanos, la Secretaría de Desarrollo Social u otra dependencia del Gobierno de la Ciudad de México.

A pesar de la insistencia de vecinos para que retiren a los indigentes de la zona, hay organizaciones que defienden a este sector de la población y “eso los motiva a regresar cada que los quitan. Los de Derechos Humanos los protegen, sin saber que ellos están mermando nuestra calidad de vida, olvidan que nosotros también tenemos derechos”, expresó Lucía.

Resignados por la postura de las autoridades, los vecinos saben que tiene que aprender a convivir con las personas en situación de calle o evitarlas.

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