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Por tercer día consecutivo la plaza de Bellas Artes se llenó de vendedores ambulantes, quienes ofrecieron productos artesanales como anillos, aretes, collares, pulseras, máscaras, bolsas, mochilas, carteras y utensilios de barro.

Los comerciantes aseguraron que el evento es cultural y mencionaron que se realizó desde el lunes, en el marco de la celebración de Día de Muertos.

“Se supone que todos los puestos deberían vender artesanías, porque están manejando esto como algo cultural, pero está todo lleno de cosas que no tienen que ver”, comentaron.

Una artesana denunció que una de las organizadoras, que representa al pueblo purépecha, cobró derecho de piso por vender en ese espacio.

“El primer día la señora Adriana me dijo que me iba a dar un gafete y me robó cien pesos, nunca me lo dio. Están robando, se supone que esto es para artesanos y no a todos nos dan espacio. Le reclamé y me dijo que antes me dejaron trabajar el primer día”, indicó.

Opinó que “no se vale que los líderes de comerciantes se escuden en los artesanos para hacer negocio [...] Se están amparando como una cuestión cultural, cuando la verdad esto es una mafia y, como todos los líderes, están usando a los artesanos para poder tener un espacio porque a nosotros nos dan un poco más de espacio por la cuestión de que nosotros elaboramos lo que trabajamos”, resaltó.

Algunos de los artesanos que participaron en el evento pidieron al gobierno un espacio para que puedan ofrecer su trabajo, “no importa que nos pidan una cooperación, necesitamos dónde trabajar”.

Frente al Palacio de Bellas Artes se ofertaron anillos y aretes de plata y bronce, con piedras de cuarzo y cristal, que van de los 50 a los 550 pesos.

Otros vendieron carteras, pulseras, bolsas y mochilas de piel; así como sombreros, blusas, suéteres y vestidos. También se habilitó un local para maquillar a turistas de catrinas.

No todos trabajaron en un local improvisado con metales, tablas y lonas; hubo quienes se colocaron sobre el piso para vender mercancía diversa.

En el tercer día de lo que parece un tianguis, se observó gran afluencia de visitantes. Cientos de personas acudieron para adquirir algún objeto hecho a mano o sólo para verlos.

Ayer fue el último día en que los comerciantes pudieron vender sus productos en Bellas Artes, a partir de este jueves la explanada regresa a su imagen original, sin puestos, a excepción de los que siempre están en la zona vendiendo frituras y dulces.

La mayoría de los artesanos que participaron en este evento no cuentan con un espacio fijo para vender. “Vamos de aquí para allá, vendo donde pueda, por eso aproveché esta oportunidad”, expresó un fabricante de alhajas de plata y bronce.

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