Desnuda en la terminal de autobuses del norte de la Ciudad de México, fue encontrada una joven frente al altar de la virgen de Guadalupe. La gente le preguntaba su nombre y dirección, pero no tenía conciencia de ella, por momentos reía y luego se quedaba viendo un lugar fijo sin prestar atención, cantaba alabanzas religiosas y pedía que cantaran con ella.

Sin poder dar una respuesta correcta la joven decía que se llamaba Elena, María o Lolita, sus respuestas eran incoherentes y se mostraba ausente, refería que tenía 36 años de edad, después 20, hasta que pudo decir que tenía 16 años.

Karen, cuyo nombre se cambió por su seguridad, se encontraba en ese momento, con un cuadro psicótico por abuso de drogas sintéticas, específicamente MDMA, mejor conocida como éxtasis.

Esta droga también fue encontrada en el cuerpo de la modelo colombiana Stephanie Magón, quien fue hallada sin vida el pasado 30 de junio frente al número 20 de la calle Miami en la colonia Nápoles, de acuerdo con el Instituto de Ciencias Forenses (Incifo).

La directora del Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones (IAPA), María del Rosario Tapia Medina, indicó que esta droga de diseño puede producir distorsiones visuales, auditivas o de la percepción del tiempo, es decir, que las personas que las consumen ven o escuchan cosas que realmente no existen, o bien sienten que el tiempo se detiene o se acelera.

El éxtasis altera el estado de ánimo y se presenta en píldoras de diferentes tamaños y colores con logotipos impresos. Se conocen como “tachas,” “happy face”, “ferrari,” “love”, entre otros nombres.

Karen también refirió que consumió LSD cuyos efectos son: dilatación de las pupilas, aumento de la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y la presión arterial. También puede causar sudoración abundante, pérdida de apetito, dificultad para dormir, sequedad bucal y temblores, según el IAPA.

Información del IAPA indican que en la Ciudad de México, alrededor de 1.3% de los jóvenes que consumen alguna droga, lo hacen con drogas médicas, entre las que está el éxtasis.

De 2012 a 2014 realizó un estudio de consumo de drogas, el uso de la marihuana aumentó de 6.6% a 7.6%, mientras que el consumo excesivo de alcohol disminuyó del 22.5% a 20.9% y el de tabaco de 14.9% a 19%.

“Todas son drogas que no debemos de consumir, es lamentable que haya un aumento de consumo entre los jóvenes de la mariguana, pero también que se siga manteniendo alto los niveles de alcohol y tabaco”, comentó Tapia Medina

La madre de Karen, en entrevista para EL UNIVERSAL, refirió que la joven comenzó a consumir drogas desde que estudiaba en el Colegio de Bachilleres número 6, en la colonia Vicente Guerrero, hace dos años, pero no le prestó mucha atención, pues Karen aseguraba que no lo hacía constantemente.

“Me dijo que lo había dejado de hacer, que las consumía con sus amigos de esa escuela, y lamentablemente ahí fue donde conoció la mariguana y éxtasis, ahí es donde la consiguen muchos jóvenes”, comentó la mujer.

En un recorrido realizado por este diario en el plantel de la delegación Iztapalapa, se puede ver a muchos jóvenes listos para salir de fiesta, algunos de los entrevistados señalaron haber consumido alguna droga, las monas y la mariguana. Aseguran que hay personas que se las ofrecen afuera del plantel. “Pues si le hemos hecho a todo, incluso al LSD, aquí te las ofrecen los chavos los viernes, pero todo tranquilo, hay que conocer”, dijo un estudiante del plantel.

Hasta el momento las autoridades del Colegio de Bachilleres Vicente Guerrero no han dado alguna reacción sobre el tema, pese a que algunas madres aseguran que nadie les ha hecho caso para solucionar el problema.

“Hemos ido a pedir alguna solución al director, porque el problema es que los enganchan y comienzan a consumir, y todos están propensos, por los problemas que se viven en las familias u otros casos, donde los jóvenes ven las drogas como una salida fácil”, comentó la señora María Elena, madre de un adolescente que estudia en el colegio de Bachilleres número 6.

El día en que Karen fue encontrada en la Central Camionera del Norte, había salido por unos minutos, después ya no regresó a su casa, lo que generó miedo para su familia, pues no sabían cómo localizarla.

“Pues se fue a la tienda, y ya no regresó, estuvimos como locos buscándola, fui al Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausente (CAPEA), estaba levantando el acta, cuando mi mamá me avisó que mi hija estaba en el Hospital Fray Bernardino, así que me fui corriendo para allá”, comentó la mamá de Karen.

Ante las autoridades de la Procuraduría capitalina, de la Secretaría de Seguridad Pública y del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, la madre de Karen identificó a la joven, después se llevó a cabo una junta con médicos para informarle del caso de su hija, específicamente que se encontraba hospitalizada y en observación por presentar un cuadro psicótico por consumo de drogas.

“Yo no vivo con ella, Karen vive con mi madre, ella dice que últimamente presentaba cambios de personalidad, pero que no representaban algún problema, siempre ha sido muy distante”, comentó la mamá de Karen.

La señora reconoció que su familia estaba desintegrada, que no había comunicación y que la desorganización familiar fue lo que probablemente ocasionó que Karen se integrará a grupos de adultos que probablemente la orillaron al consumo de drogas sintéticas.

La joven de 16 años de edad se quedó internada en el Hospital y comenzó terapia de adicciones, su mamá asegura que ya ha mostrado mejoras, pero que tuvo que dejar la escuela, pues aún es un problema. “La verdad esto nos deja una gran lección, pues al estar al pendiente de darles lo que necesitan, los descuidamos y no hacemos caso a sus problemas, lamentablemente esto me tuvo que pasar para cambiar, pero espero que nuestro caso sirva para que otras familias se den cuenta a tiempo”, concluyó la mamá de Karen.

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