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El humo concentrado por los churros de la marihuana nublaba una parte de la visibilidad en el Monumento a la Madre en la Ciudad de México, el punto de reunión de unas mil 500 personas para realizar la marcha del Día Mundial por la liberación de la Marihuana.

La música de reggae animaba a los asistentes, quienes se disponían a caminar rumbo a la Secretaría de Gobernación, instancia en la que, supuestamente, tenían agendada una cita para expresar su punto de vista del uso del canabinoide.

“La mota legal eleva la moral”, gritaron al iniciar su recorrido con rumbo a la Secretaría de Gobernación. La mayoría de los manifestantes dejaban una estela de humo al marchar e ir fumando con un porro de mota en la mano.

Habían planeado detenerse frente al Senado de la República y en la Comisión Nacional contra las Adicciones, ambos ligares se encuentran ubicados en Paseo de la Reforma casi esquina con la avenida Insurgentes.

No obstante, la vanguardia de la marcha decidió avanzar directamente por la calle de General Prim con dirección a la Secretaría de Gobernación. En el breve recorrido, —duró menos de minutos— varias consignas se escucharon: “somos pachecos no somos criminales”, “legalización, legalización”, “pachecos unidos jamás serán vencidos”.

Una valla metálica se interpuso en su avance y los organizadores de la marcha solicitaron ser recibidos como ya lo habían acordado, según ellos, por los funcionarios de la dependencia.

Los ánimos de la gente que acudió a la reunión se prendieron ante la tardanza de la respuesta y una persona con el rostro cubierto trepó la valla metálica con la intención, al parecer, de brincarse del lado donde se encontraban varios elementos de la policía federal.

Una chica que pertenecía al grupo de los organizadores le pidió a gritos al chico que se bajara y le advirtió que lo encarcelarían si llegaba a asaltar al otro lado.

La persona bajó y la mujer, muy parecida en sus discursos a una madre protectora, lo regañó por su acción y le recordó que la suya era una marcha que pretendía ser pacífica.

El sujeto del rostro cubierto se incorporó de nuevo al contingente. Algunos de ellos expresaron su descontento por no ser recibidos por las autoridades federales y llamaron a derribar la valla para poder entrar al lugar.

Los organizadores negociaban su entrada pero la multitud que reclamaba libertad para el uso de la marihuana se desesperó y se encaminó otra vez rumbo hacia el Monumento a la Madre. Finalmente, elementos de la Policía Federal les dijeron que sería recibida una comisión pero los organizadores de esta marcha dijeron que ya se habían retirado algunos de los líderes de este movimiento y que irían por ellos.

Nunca regresó la comisión a la Secretaría de Gobernación, pues los organizadores se integraron a la columna de manifestantes que regresaron a escuchar reggae a la explanada de donde partieron y en la que ya estaban vendiendo curados de sabores.

Entre la exposición que los manifestantes no hicieron a las autoridades federales, los asistentes a la marcha se pronuncian por el uso medicinal de la marihuana y al momento de ser cuestionados sobre si debería aprobarse su uso recreativo destacan “no, eso no nos importa porque con ley o sin ley de nuestro lado la vamos a seguir usando con ese fin”.

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