phenelope.aldaz@eluniversal.com.mx
El Gobierno de la Ciudad de México ubicó 620 topes en vías primarias, de los cuales sólo 249 serán retirados. La Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) dio a conoce que hasta el momento 176 han sido eliminados.
Enrique Filloy, director de Mantenimiento e Infraestructura Urbana, explicó que ante la determinación del gobierno de la Ciudad de México sobre el retiro de topes en las vialidades se elaboró un diagnóstico sobre las condiciones de cada uno de ellos; a la fecha han sido evaluados 537.
Afirmó que este dictamen, realizado por las secretarías de Seguridad Pública y de Movilidad, concluyó que 288 topes deben ser modificados y 249 retirados; sobre el resto, se espera tener un diagnóstico en próximos días.
De los 176 topes que ya no se encuentran en vialidad, la mayoría se ubicaban en zonas correspondientes a las delegaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Coyoacán. Los trabajos iniciaron hace poco más de un mes y se espera concluir en mayo.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el funcionario explicó que al día en promedio se retiran entre seis y ocho topes; trabajos que realizan ocho cuadrillas de trabajadores (con ocho integrantes cada una) que se auxilian con maquinaria pesada, “de noche y cuando no hay contingencia”.
Para realizar estos trabajos, se confina de manera parcial la vialidad para que una retroexcavadora pueda levantar la carpeta asfáltica y colocarla en un camión para su traslado. Luego, se cubre la superficie con asfalto y se nivela a través de bacheo o reencarpetado.
El director de Mantenimiento e Infraestructura Urbana de la Sobse señaló que en ocasiones estas acciones llegan a complicarse, pues los topes quedaron “ahogados” con trabajos anteriores de reencarpetamiento.
Destacó que si bien esta medida fue tomada por el Gobierno de la Ciudad de México, como parte de las acciones para mejorar la movilidad y la calidad del aire, también se debe privilegiar la seguridad de las personas, por lo que no se podrán retirar todos los topes que hay pero estos sí serán sustituidos por otros con diferente diseño o bien, por reductores de velocidad.
Enrique Filloy detalló que esta segunda etapa implicará un proceso de contratación de obra, pues se requiere de colocación de señalamientos así como de balizamiento.
“El rediseño sería una segunda etapa porque implica la construcción de un ‘revo’; es decir, quitar el tope que estaba originalmente y construir un reductor de velocidad, ya con normatividad y especificaciones propias; con tamaño, desplazamiento y altura normada, eso implica un proceso de obra, no sólo de retiro”, puntualizó el funcionario.
Si bien se contempla el diseño de un modelo tipo para los nuevos topes, debido a las condiciones de cada zona de la ciudad y factores como hospitales, escuelas, incidencia de accidentes, será necesario que cada uno de los reductores de velocidad cuente con sus propias características.
De acuerdo con el Reglamento de Tránsito, de colocarse reductores de velocidad será necesario colocar señalamientos que cuenten con la imagen del tipo de reductor, ya sea lomo, cojín, vibrador o depresión. Además, se debe balizar con color amarillo el asfalto, a fin de advertir a los automovilistas sobre la presencia de reductores.
Noticias según tus intereses
[Publicidad]
[Publicidad]














