Habilidad para sobrevivir. Esa capacidad para aprovechar la experiencia pero a la vez renovarse y proponer algo nuevo. Ese es el sello de Casa Madero, una de las bodegas vitivinícolas más apreciadas de México y la más antigua del continente americano, que ha demostrado capacidad para perseverar por décadas pero al mismo tiempo apostar a nuevas ideas para renovarse y seguir vigente en un mercado cada vez más competido.
La nueva imagen de las etiquetas de los vinos provenientes del Valle de Parras, en Coahuila, reflejan esa conjunción para honrar  la tradición pero igualmente al espíritu de  nuevas ideas que marcan  la evolución de la centenaria bodega. No sólo es un rediseño visual, de alguna forma incluye una renovada visión sobre la viticultura que considera aspectos como la sustentabilidad y la salud del viñedo como el futuro de la empresa.
Orgullosamente, los directivos de Casa Madero, Brandon y Daniel Milmo, presentaron  la nueva imagen  para todas sus líneas en el majestuoso escenario que circunda al restaurante El Lago, en el corazón del Bosque de Chapultepec. Bajo el lema, “Nuestra historia... Nuestra nueva imagen,” los hermanos comentaron la motivación para el cambio y el resultado que busca comunicar su legado histórico de más de 400 años, de una manera fresca y contemporánea.

Historia que se inscribe
Fundada por Don Lorenzo García el 19 de agosto de 1597, Casa Madero inicia su historia con la Merced para plantación de vides y producción de vino en las tierras del valle de parte del Rey Felipe II de España, dando nacimiento a la célebre Hacienda de San Lorenzo. Sobre los solemnes y blancos muros de la hacienda se imprimen fragmentos de las escrituras de la real Merced, incorporando así el evento histórico en cada una de las etiquetas. 
Además, siguiendo los vientos de modernidad, Casa Madero ha apostado a un futuro basado en el respeto por su entorno agrícola. Hace años emprendieron un proyecto de transformación hacia la agricultura orgánica cuyo resultado han sido dos etiquetas de vinos monovarietales de viñedos orgánicos. "Actualmente tenemos dos variedades, el Chardonnay y el Cabernet Sauvignon como orgánicos, que son parte de una producción pequeña pero que afortunadamente han sido muy bien recibidos por el mercado mexicano," comenta en entrevista Daniel Milmo, codirector de la empresa coahuilense. "Afortunadamente, encontramos nichos con gran interés por este tipo de vinos sin dejar de lado nuestras otras líneas de productos. Estos vinos, por ejemplo, ganaron medalla de oro en los Organic Wine Awards celebrada en Alemania este año."
"Estamos buscando en Casa Madero que todo sea orgánico, nos encantaría que todos nuestros vinos sean orgánicos pero manteniendo el nivel de calidad que tenemos. En este momento ya vimos muy buenos resultados con nuestra prueba piloto. Pero vamos a realizar una conversión paulatina. Tenemos una nueva área de 68 ha., en transición de viticultura tradicional a orgánica y vamos ir avanzando conforme a nuestra capacidad y las necesidades del mercado," revela Daniel.
Pero la búsqueda de una empresa compatible con el entorno no se limita al cuidado en el viñedo. En la presentación, los directivos compartieron sus planes de remodelar la vinícola para el uso de energía solar y mejorar el tratamiento de desechos y agua residual del proceso de vinificación. También habrá nuevas áreas para recibir a los visitantes para lo cual se ha dispuesto de una considerable inversión. La meta Casa  Madero es clara: posicionarse como el principal productor de vinos orgánicos del país.

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