En este espacio, el viernes 16 de noviembre, le di a conocer el golpe que pretendía asestar el Poder Legislativo en contra de los medios públicos otorgando, a través de las reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, la facultad a la Secretaría de Gobernación para “proveer el servicio de radiodifusión pública digital a nivel nacional”.

Aún no sabemos quién deslizó, a escondidas y sin explicación, el texto que de último momento se aprobó el día 13 en la Cámara de Diputados con 330 votos a favor: 233 de Morena, 38 del PRI (sí, del PRI), 27 del PES, 22 del PT, 1 del PRD y 9 del PVEM, con la ausencia de las bancadas del PAN y Movimiento Ciudadano, lo cierto es que las reacciones de la sociedad civil, de académicos y de algunos medios de comunicación fueron rápidas, bien articuladas, muy críticas y dirigidas al Senado para impedir que ahí también se aprobara este texto que menoscababa (más) la libertad de los medios públicos.

Finalmente se logró que el Senado eliminara el texto y regresara la minuta a Diputados, y qué bueno que fue así, pero preocupan mucho las formas: ¿no que todo se haría con la participación de la ciudadanía y con total transparencia? Obviamente la “rectificación” del Senado no fue consecuencia solo de las reacciones ciudadanas, esta propuesta se cabildeó mal y no venía consensada por todos los morenistas, hubo desencuentros y algunos aprovecharon esto para su capitalización política.

Acciones y reacciones. “Queremos crear una BBC de Londres, no habrá medios oficialistas, será una instancia pública que informe con objetividad”, estas frases se las escuchamos tanto al presidente electo López Obrador como a la senadora y próxima secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. Ambos parecían ignorar —o querer ignorar— la existencia constitucional del Sistema Público de Radiodifusión que fue creado en 2013, y en cuya Junta de Gobierno participa ya la Segob. Parecían pasar por alto que con esta reforma cometerían una violación constitucional, parecían confundir(nos) a la BBC con la Segob, a lo público con lo gubernamental, a lo ciudadano con lo oficialista.

Zoe Robledo, próximo subsecretario de Gobernación declaró, antes de que se votara en Diputados, que los medios públicos debían tener verdadera autonomía y “apegarnos a lo que establece el sistema público de radiodifusión” (La Jornada, 6 de noviembre). Ni la diputada Tatiana Clouthier, ni el vocero de AMLO, Jesús Ramírez Cuevas, respondieron los cientos de cuestionamientos que se les formularon en redes sociales. Y qué decir de Osorio Chong, senador del PRI y ex secretario de Gobernación, que dijo en twitter: “Gracias a que expertos, sociedad civil y partidos políticos sumamos nuestras voces, se logró detener la propuesta de quitar autonomía a los medios públicos”… pero los diputados del PRI votaron a favor del texto.

Hubo, pues, lucha feroz y enojo de académicos, sociedad civil, de varios medios de comunicación públicos y privados, impresos y electrónicos, pero también presenciamos contradicciones, hipocresía, defensas flácidas y grandes ausencias que servirán para mapear el escenario que viene, sus actores y sus intereses.

Fue Ricardo Monreal el que hizo la reserva del texto en el Senado para finalmente retirarlo del documento declarando ante las cámaras: “Están servidos”, en referencia a los ciudadanos críticos de la pretendida reforma. Y bien por la rectificación, en golpes similares de los gobiernos anteriores nunca vi que recularan, de cualquier forma su reconsideración no amerita una felicitación, sino más bien una llamada de atención a los ciudadanos en el sentido de que estas prácticas continuarán durante la 4T.

Pero el asunto de los medios públicos no concluye aquí, la realidad es que no han tenido nunca total y verdadera autonomía. A través de sus recortados presupuestos y la designación de algunos de sus funcionarios clave, se interviene, de una u otra manera en sus decisiones y línea editorial, por eso necesitamos impulsar la discusión ciudadana de los medios públicos que necesita México. Por lo pronto, en pocos días veremos si con los recursos que se les otorgarán en el Presupuesto de Egresos 2019, los castigan o los fortalecen. Este capítulo de la historia apenas comienza.


Presidenta de Observatel, profesora de
la Universidad Iberoamericana, miembro
del Comité de Participación Ciudadana
del SNA. Este artículo refleja su
posición personal @soyirenelevy

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