El pintor, grabador y escultor Alberto Castro Leñero, nació en la Ciudad de México en 1951, graduado de la Accademia delle Belle Arti en Bolonia, Italia, y de la Academia de San Carlos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que “el arte en cualquiera de sus formas es una convención de ideas”.

Así se expresó en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, donde fue objeto de un reconocimiento por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) por su trayectoria, aportes y legado a las artes plásticas del país con alcances mundiales, por lo que numerosos críticos de reconocido prestigio han escrito sobre su vida y obra.

Becario del Sistema Nacional de Creadores (SNC), Castro Leñero dijo que “el arte da la posibilidad de sentir y pensar, lo que nos hace seres humanos”, luego de recibir el pergamino de manos de Magdalena Zavala Bonachea, coordinadora de Artes Visuales del INBA, en representación de María Cristina García Cepeda, titular de esa dependencia.

Desde los años 70 del siglo pasado, Castro Leñero expone en espacios importantes dentro y fuera del país, como el Museo de Arte Moderno, Palacio de Bellas Artes, Academia de San Carlos, y Museo de Arte Contemporáneo en Saitama, Japón. También participó en la exposición “México: 300 Años de Esplendor”, en el Petit Palais y el Space Cardin, París.

Salvador Gallardo, filósofo y catedrático de la UNAM, sostuvo que el artista plástico  Castro Leñero pertenece al linaje de quienes viven en el exilio del presente, creando su propio tiempo y su propio espacio, a lo que el artista reconocido con un vistoso diploma respondió que “el arte nos ofrece alternativas de vida”.

Leñero fue maestro de experimentación visual en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM y ha impartido numerosos talleres de pintura en escuelas y diferentes espacios culturales del país. Su pintura está situada en un cruce de corrientes: Nueva figuración, arte pop y el expresionismo abstracto en el contexto del arte mexicano.

“Es un privilegio celebrar tantos años de trabajo dentro del arte porque, a veces, no es un trabajo tan visible o utilitario”, expresó Castro Leñero.

La relación que pueda crear y sostener con su público se ha mantenido como una preocupación constante. “Es una continuación de lo que he trabajado desde el inicio, porque empecé como artista figurativo y poco a poco me he adentrado en la escultura, el video y otros soportes”, dijo.

El artista recordó que en la exposición que abrió en el Museo Universitario de Ciencias y Artes de la UNAM, a inicios de este año, está esa preocupación expresada en el Pabellón Intercambiador, que es el inicio de una serie de experimentaciones en las que continúa trabajando, donde se involucran sanamente la escultura y la arquitectura.

“Ahora estoy en fase experimental, tratando de ejercitar medios que llaman mi atención por obras que he visto y veo como posibilidades dentro de mi lenguaje”, abundó Castro Leñero, para quien el papel del arte “se abre como una gran alternativa dentro de la dinámica de violencia que mueve al mundo y da posibilidades de reflexionar”, aseguró.

El arte, acotó, tiene la posibilidad de expandirse y permear la realidad. “Como artista, con el hecho de presentar la obra y ver o percibir la presencia de otro ser humano, aunque no diga nada, entiendo de otra forma mi propio trabajo, por eso, una de las obras que más me han marcado es la serie de murales ‘Elementos’, que propuse para el Metro Taxqueña”.

(SCHSC)

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