La historia dicta que los seres humanos en el trayecto de sus vidas, por muy vertiginosas que sean, siempre regresan a lo básico. Dormir, una sana alimentación y un buen espacio para la reflexión son y serán, para muchos, el máximo anhelo.

En esta nueva etapa que está por vivir nuestro país, lo básico será lo relevante.

De las libertades, que a lo largo de la historia de la humanidad han sido el motor que anima a las presentes y nuevas generaciones, la más destacada, sin duda es la libre expresión.

La libertad de ideas es la que alimenta toda ideología, porque para existir primero hay que pensar; acuñando la frase: “Pienso, luego existo” del filósofo René Descartes.

Por eso, la efímera y circunstancial vida de muchos, al tiempo, nos reencuentra con los principios que ideológicamente nos han hecho ser.

Por ello, es tiempo de reconocer a todas aquellas mujeres y hombres que a través de la palabra escrita han plasmado un pensamiento, pensamiento que en su conjunto sostienen el espíritu de toda nación.

La sociedad que evoluciona día a día sólo se encuentra a sí misma a través de lo que piensa. Es innegable que al pensar se puede y se busca el perfeccionamiento de esta, a través del equilibrio que garantice una sana convivencia. La libertad de expresión no sólo incluye las diferentes líneas de pensamiento, también permite alcanzar la felicidad que los seres humanos desean.

Los diferentes instrumentos con que hoy cuenta el pensamiento lo fortalecen y permiten que se expanda de forma inevitable. El uso de la voz, la palabra escrita, que a través de la prensa nunca habrá de extinguirse y se ha convertido en el principal y más valioso instrumento con que cuenta el hombre libertario.

La radio y televisión, que apenas aparecieran en el siglo pasado, son el espacio que evolutivamente nos ha llevado a la posibilidad de conectarnos masivamente con nuestros iguales, promueven y permiten el punto convergente de toda ideología.

Ese punto de encuentro vinculante, que nos agrupa y hace sentir que, al no estar solos, podemos ser fuertes.

Y en este siglo, la comunicación que a través de las redes sociales prácticamente incluye a toda la humanidad para la divulgación del libre pensamiento.

Es obligación de todos aquellos hombres y mujeres que se han convertido en protagonistas efectivos de la vida cotidiana, jamás olvidar a quienes han sido defensores incansables de la promoción y el fortalecimiento de los instrumentos que promueven la libertad y los derechos, que por nacer hemos adquirido.

Enhorabuena por estos primeros 102 años ininterrumpidos de libertad de expresión, que la prensa escrita ha legado a nuestra patria, formando generaciones con ideología libertaria.

Hoy es tiempo de reconocer y agradecer a EL UNIVERSAL, El Gran Diario de México, por el espacio que permite que la pluralidad exista y con ello la libertad para expresar ideas. Hoy es tiempo de reconocer y felicitar a la familia Ealy por el cabal compromiso que ha cumplido por México.

Diputado federal

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