El escenario electoral de 2018 parece complicado, a nivel nacional entre 2016 y 2017 todos los delitos crecieron, aumentó el número de entidades en crisis de seguridad y no hay ninguna evidencia que permita pronosticar una mejora en el corto o mediano plazo.

Los candidatos a gobernar o legislar deben tener clara la urgencia de acciones que reduzcan la violencia, mejoren el acceso a la justicia, el respeto a los Derechos Humanos y fortalezcan la capacidad institucional de responder a las necesidades de los gobernados en pleno apego al marco normativo.

En particular, por lo que respecta a la incidencia de delitos, deben preocuparse por el comportamiento del homicidio doloso y los robos.

De mantenerse la actual tendencia, este 2017 probablemente terminará con la tasa más alta de homicidios dolosos y con la segunda más alta en robo a negocio desde 1997.

Con base en los datos oficiales de investigaciones reportadas por las procuradurías y fiscalías generales de los estados, si comparamos los primeros nueve meses de este año contra el mismo periodo de 2016, las tasas de homicidios dolosos presentan un aumento del 21.96%; las del homicidio culposo del 4.16%; las de extorsión del 14.36%; las de robo con violencia del 36.10%; las de robo de vehículo un 15.10%; las de robo a casa habitación 1.87%; las de robo a negocio 33.10% y las de robo a transeúnte un 31.47%.

La distribución territorial de la incidencia de los delitos muestra comportamiento al alza en la mayor parte de las entidades del país, la descomposición de entidades que históricamente eran consideradas como pacíficas (Baja California Sur, Colima, Querétaro y Quintana Roo) y el retorno a la violencia de entidades que habían recuperado la tranquilidad (Baja California y Chihuahua).

Al tiempo que renovaremos Presidencia de la República, Cámara de Senadores y de Diputados, los mexicanos estamos llamados a renovar 9 gubernaturas y un sin fin de alcaldías y congresos estatales.

Las nueve entidades que cambiarán ejecutivo estatal son: Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán. De éstas, siete viven una abierta crisis de violencia debido al crecimiento de los delitos violentos.

Sólo Yucatán y Chiapas mantienen índices delictivos contenidos; ambas entidades siguen presentando no sólo entre los menores números de carpetas de investigación de delitos del país, sino también las tasas más bajas de victimización, según lo que reporta el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Específicamente, la estadística oficial marca que Chiapas es noveno lugar a nivel nacional en homicidio doloso y, si bien la mayor parte de los delitos se encuentra por debajo de la media nacional, reporta un crecimiento del 26.88% en materia de robo a negocio, un 12.98% en robo de vehículo y un 9.98% en homicidio doloso.

La Ciudad de México se presenta como segundo lugar nacional en tasas en robo a transeúnte; tercera en robo a negocio; cuarta en robo total con violencia. Comparando los periodos enero-septiembre 2016 contra 2017 el robo a transeúnte en la capital del país creció 36.93%; el robo total con violencia un 33.03%; el homicidio culposo 22.09%; el homicidio doloso un 18.08% y el robo a negocio 16.74%.

Guanajuato ocupa el primer lugar nacional en homicidio culposo (que este año creció un 33.8%) y octavo tanto en robo total con violencia y robo a negocio. Destaca el crecimiento entre 2016 y 2017 del robo a transeúnte, un 38.65%; el robo total con violencia, 19.33% y el homicidio doloso 9.99%.

Este sexenio Jalisco ha protagonizado escenas que preocupan y que confirmaron lo que ya sabíamos: en la entidad existe una grave presencia y control del territorio de criminalidad organizada. No obstante, la mayor parte de los delitos de alto impacto aparecen en la zona inferior de la comparativa nacional.

La extorsión se ubica el sexto lugar nacional; el robo total con violencia ocupa el séptimo y el robo a transeúnte el octavo. Sobre este último, cabe destacar el crecimiento entre 2016 y 2017 en un 115.67%; el robo con violencia en 124.55%; el robo a negocio en 95.7%; el robo de vehículo en 26.14%; el robo a casa habitación en 19.68% y el homicidio doloso en 10.51%.

Sobre el caso Morelos, pese a que la mayor parte de los delitos reporta disminuciones, la comisión de ilícitos ocupa las principales posiciones en los rankings nacionales, es tercer lugar nacional en violaciones; quinto en secuestro y en robo total con violencia; séptimo en robo a transeúnte; octavo en homicidio doloso, robo de vehículo y robo a casa habitación y noveno en robo a negocio.

Puebla se encuentra en el sexto lugar en robo total con violencia y presenta crecimientos en robo de vehículo de 131.15%; robo a negocio 126.73%; robo con violencia de 53.70%; robo a transeúnte del 44.44%; homicidio doloso del 35.60%; robo a casa habitación de 14.25% y homicidio culposo de 11.14%.

Tabasco vive una de las peores crisis de violencia que se pueda observar: es primer lugar nacional en robo total con violencia, robo a negocio, robo a transeúnte y abigeato; tercer lugar en secuestro y extorsión; cuarto en homicidio culposo; quinto en robo de vehículo; noveno en robo a casa habitación y en violaciones.

Si esto no fuese suficiente, la escalada de violencia muestra que la extorsión creció en los primeros nueve meses de 2017 un 144.21%; las violaciones 59.24%; el robo de vehículos 58.67%; el homicidio doloso 53.87%; el robo a negocio 36.41%; el homicidio culposo 22.36% y el robo a casa habitación un 9.09%.

Veracruz ocupa el cuarto lugar nacional en el ranking de secuestro y noveno en extorsión. En este 2017 todos los delitos crecieron en porcentajes muy relevantes: la extorsión creció 228.21%; la violación 164.78%; el robo a negocio 126.43%; el robo con violencia 90.37% el homicidio doloso 41.78%; el secuestro 39.01%; el homicidio culposo 38.73%; el robo a transeúnte 34.70%; el robo a casa habitación un 16.16%; el robo de vehículos 15.57%.

Sobre Yucatán cabe destacar que el homicidio doloso creció un 9.73% que lo ubica en el último lugar nacional.

Ante el silencio de quienes se perfilan a ser candidatos, los ciudadanos debemos insistir: urgen acciones precisas, evaluables y transparentes, que permitan una oportuna rendición de cuentas.

El tiempo para ocurrencias o reproducción de acciones que ya no muestran efectividad, se acabó, en el Observatorio Nacional Ciudadano urgimos a que los planes incluyan un combate oportuno a la corrupción, el debilitamiento de la estructura financiera de delincuentes, una política de combate al ingreso y al comercio ilegal de armas al país, el fortalecimiento de las instituciones de seguridad y justicia y una mayor transparencia sobre el gasto en seguridad.

Señores suspirantes a un puesto de elección popular, en breve iniciarán oficialmente sus campañas electorales, por favor, planteen con claridad qué harán y cómo lo harán; recuerden que ustedes deben atender los llamados de la ciudadanía a lo largo de todo su mandato y no sólo durante el periodo electoral.

La crisis que vivimos en el país ha alcanzado un nivel inaceptable y los mexicanos no podemos aceptar ambigüedades o vaguedades mientras tanta gente muere o vive el embate de la inseguridad.

Director general del Observatorio Nacional Ciudadano
@frarivasCoL

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