Quisiera que pensáramos lo que siente un migrante en este momento al estar atravesando el país en condiciones verdaderamente infrahumanas, con lo que trae puesto, dentro de este clima, no sólo de gélidas temperaturas, sino también en este clima social, en donde, por una parte, muchos mexicanos han recibido con el corazón en la mano a estas personas, les han dado de comer, les han dado apoyo; pero muchos otros no, muchos otros los han hostigado, los han asaltado y los han violado. Este es un tema que a todos nos debe de preocupar.

¿Por qué? Porque hasta hace muy poco tiempo nosotros estábamos criticando a Estados Unidos por cómo trataban al migrante mexicano. Y creo que debemos de tener una conducta basada en principios universales. Como quiero que me traten, voy a tratar. Como quiero actuar, debo de actuar en todos lados, defendiendo a mis nacionales que salen, pero también, tratando con todo respeto a los migrantes extranjeros.

Pero atrás de todo esto hay consideraciones fundamentales: que la civilización humana se debe a la migración, desde los primeros humanos que atravesaron el Estrecho de Bering para poblar América, los europeos que se fueron a Estados Unidos en una oleada de migración de Europa hacia América y, después del Este al Oeste americano. ¡Y qué decir de las migraciones que crearon nuestra nacionalidad! Desde Aztlán (Nayarit) hasta Tenochtitlán que todavía no existía; precisamente, ellos fueron quienes la construyeron.

Y si hablamos de la migración española, cuando tantos valiosos españoles vinieron a México huyendo de la persecución política y se integraron a nuestro país, enriqueciendo la cultura y las artes. México siempre ha sido reconocido y ha expresado el orgullo de estar abierto al mundo.

La migración es parte esencial de la naturaleza humana y debemos de reflexionar que ésta va a continuar cada vez más acelerada y cada vez más masiva. Necesitamos como nación y como región, construir las soluciones más que estar analizando su impacto momentáneo. Debemos pensar en las raíces que generan la migración para buscar y poder actuar en consecuencia.

Europa ha logrado crear un modelo muy importante. Empezó por emparejarles el piso a todos. Países fuertes como Alemania, apoyaron a países débiles, como en su momento fue Turquía o la propia España, que recibieron el apoyo financiero de la Unión Europea para salir adelante.

¿No sería mucho más conveniente que en América, un país fuerte como Estados Unidos, en vez de levantar muros, invirtiera en Latinoamérica y en los países pobres? Esa es la propuesta del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. Enfocar la solución a la migración forzada actual en la búsqueda de un desarrollo regional y local sustentable.

Esa es la reflexión que todos debemos hacernos para acompañar a los migrantes, no sólo para tener una vida digna, sino para que en sus propios pueblos haya calidad de vida y no una urgente necesidad de irse a una aventura, que muchas veces no se sabe en qué terminará.

Twitter:@EMoctezumaB

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