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Conocido por ser el lugar que fue nombrado como el primer Pueblo Mágico del país, en el año 2001, Huasca de Ocampo (nombre que le fue dado en honor a Melchor Ocampo, quien vivió en este lugar), se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de Hidalgo.

Rodeado de bosques y paisajes que semejan un cuento de hadas, Huasca se localiza a más de 30 kilómetros de la ciudad de Pachuca.

Este pueblo, que se ubica en la comarca minera, fue fundado por Pedro Romero de Terreros, conocido como Conde de Regla.

Aunque el clima es de templado a frío, en este sitio, señala el director de turismo José Luis Guzmán, en un solo día se pueden disfrutar de las cuatro estaciones; sus calles empedradas y sus techos de teja roja otorgan una vista pintoresca al paisaje.

Como tradición, los visitantes se detienen en el centro del pueblo a degustar la comida de la región, sobre todo las quesadillas de hongos (setas que se recolectan en el campo), el helado artesanal, así como caldos y trucha.

Un recorrido por este Pueblo Mágico lleva a las ex haciendas de San Miguel y Santa María Regla, que fueron utilizadas para fundir la plata, así también se encuentra una de las tres formaciones que hay en el mundo de roca volcánica, conocidas como los prismas basálticos.

También se puede visitar Peña del aire, que es una enorme roca que aparenta estar suspendida en el viento, El Zembo, es un paraje boscoso rodeado de una laguna, donde los visitantes pueden pescar su propia trucha.

El Museo de los Duendes también es otro de los sitios a visitar, sin duda, las leyendas mágicas sobre la aparición de estos seres que cumplen deseos y hacen travesuras, son infaltables durante el recorrido de todos los vacacionistas.

Barranca Honda es el desarrollo turístico donde se ubica el Museo de los Duendes, ahí también se encuentra un hotel que organiza caminatas en el bosque de heno, este tipo de vegetación es muy raro encontrarlo en el país y contribuye a crear la atmósfera propicia, para tener contacto con estos seres.

Durante el recorrido, el guía lleva a los visitantes a uno de los árboles, al que se le adjudica la magia para entrar al mundo de los duendes.

Luego de un ritual y de dejar piedras de cuarzo como obsequio, los visitantes están listos para pedir un deseo a los seres mágicos que habitan en el bosque.

En el museo y en el hotel se pueden encontrar por escrito los testimonios de los deseos que han sido cumplidos, entre ellos una persona que asegura haberse curado de cáncer, otra más que ganó la lotería.

Los duendes tienen como principal pasatiempo tejer las crines de los caballos. Pero en Huasca además del misticismo del bosque, también se encuentra el romanticismo de las haciendas, y la ex hacienda de San Miguel Regla cumple con ello, al ofrecer una cena romántica dentro de una cueva, o bien fuegos artificiales a la orilla de un lago natural. Para los intrépidos esta región sin duda es la mejor opción, al tener acantilados donde se puede practicar, rappel, senderismo o tirolesa, además recorridos en túneles.

Huasca recibirá en mayo la distinción de Geoparque Comarca Minera que se entregará en Francia por la UNESCO, lo cual implica que es un lugar que cuenta con vegetación, fauna y población que involucra tradiciones e infraestructura. Actualmente únicamente Canadá y Brasil tienen este reconocimiento.

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