Por lo menos 270 de los 950 habitantes del poblado Agua Caliente, en el municipio de Poncitlán, ubicado a las orillas del lago de Chapala, padecen algún grado de daño renal debido a la presencia de metales pesados en la zona y la mayoría de ellos son niños de 5 a 9 años de edad.

Un equipo de académicos de la Universidad de Guadalajara realiza desde el año pasado un estudio en la zona por la alta incidencia de niños con padecimientos renales y detectó la presencia de metales pesados como plomo y mercurio en la orina de algunos habitantes de la localidad.

El doctor Felipe Lozano Kasten, profesor del Departamento de Salud Pública del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, indicó que la primeara etapa del estudio mostró que en las viviendas del poblado existe presencia de metales que no se encuentran de manera natural en México, como el tungsteno, usado entre otras cosas para la producción de bombillas.

“Empezamos a encontrar que la gente está orinando plomo, que están orinando molibdeno, otro metal duro que no se produce en el país y que se usa en la industria del acero inoxidable, y también encontramos mercurio. En sus viviendas identificamos metales, nos falta cuantificarlos, los niveles van a determinar el daño”, señaló Lozano Kasten en rueda de prensa realizada este lunes.

La investigación, todavía en curso, tiene como objeto validar científicamente el daño renal entre pobladores que se ha documentado desde hace por lo menos tres años.

Lozano Kasten informó que los resultados obtenidos hasta diciembre sugieren que casi una tercera parte de los habitantes del poblado padecen algún nivel de daño renal.

Sin embargo, hasta ahora no se ha determinado una causa única sobre el aumento de casos de daño renal en la zona, por lo que no se puede decir que se deba sólo a calidad del agua, como se pensó en un inicio.

Asimismo, afirmó que el estudio revela que el origen de la enfermedad es multifactorial, es decir, que influyen tanto el consumo de agua, como el aire, los alimentos y la vivienda.

El investigador dio a conocer que la población de este municipio gasta en promedio cada semana 456 pesos en alimentación y que su dieta es deficiente en calorías y proteínas, lo que les provoca desnutrición crónica.

Además, se informó que los principales alimentos que se producen en la región son maíz, frijol y chayote, y se observó en sus cultivos exceso de agroquímicos.

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