Mario Alberto, 32 años de edad, carpintero; cansado de discutir con su ex esposa, amenazó con suicidarse y mandarle una foto a su celular para que le creyera. Manuel, 28 años, bailarín; diagnosticado con doble personalidad y con problemas de alcoholismo, cada vez que se enojaba amagaba con quitarse la vida; nadie le creía. Los dos optaron por ahorcarse.

Ambos pasaban por un episodio de depresión, principal causa de suicidio, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que lo considera un fenómeno global; hoy es una realidad que preocupa a autoridades y organismos no gubernamentales de Yucatán, pues la cifras van en aumento.

La Fiscalía General del Estado admite que hasta el 29 de abril se han registrado 65 casos, 20 más de los reportados en 2015, la mayoría, en el municipio de Tekax, al sur de la entidad.

Ahí esta la historia de Mario Alberto. La familia Chan-Sulub enfrentó la pérdida cuando el joven se suicidó hace dos años. Don Gilberto asegura que el dolor por la muerte de su hijo es tan fuerte que todavía tiene la sensación de que volverá a casa, que la tragedia nunca ocurrió, que podrá abrazarlo de nuevo y sentarse a platicar con él para buscar una solución. Tiene 54 años y lamenta no haber tenido el tiempo suficiente para ayudar a su hijo. “Llegaba siempre cansado del trabajo, y nos veíamos poco”.

Cuando tomó la decisión, estaba desmotivado porque tenía constantes pleitos con su mujer, pues ella le decía que nunca iban a volver, que la relación había terminado.

“Se la vivían peleando, y le entró la depresión. Le pregunté si tenía problemas, y me lo negaba… yo siempre le decía que hay más mujeres en el pueblo, que podía conocer a otras personas, pero evitaba hablar del tema. Al poco tiempo se suicidó”, dice.

“Nunca supe si en realidad mandó la foto [de su suicidio], pero cuando sus hermanos lo encontraron colgado del brazo de la hamaca, tenía el teléfono en su mano. (...) Perder a un hijo no está a la vuelta de la esquina, no es fácil superarlo. Mario Alberto era el más grande de mis hijos, era joven, estaba lleno de vida”, agrega.

Al morir, Mario Alberto dejó a un hijo que entonces tenía cinco años de edad; hoy tiene siete años. El niño “le echa la culpa a su madre” de la tragedia, pues en Tekax “no falta la gente mal intencionada que le dice eso”; la ex pareja de mi hijo también sufre, y hasta ha dicho que ella igual prefiere estar muerta. “Eso es muy difícil, de asimilar para toda la familia”.

Para, Reyna Sosa Rojas, dirigente del grupo ciudadano Raíces Mayas, las autoridades no han dimensionado la gravedad del problema que afecta principalmente a jóvenes de entre 15 y 29 años.

Sosa Rojas, como ex funcionaria del Departamento de la Juventud en Tekax, detectó el problema, pues en dos años (2013 y 2014) contabilizó al menos 22 casos.

El secretario de Salud estatal, Jorge Eduardo Mendoza Mezquita, considera que el problema no sólo le atañe al sector salud, pues influyen varios factores “desde los del tipo ancestral, de la época de los mayas”, hasta cuestiones socio-culturales, como la falta de oportunidades de trabajo, desintegración del núcleo familiar, pobreza, depresión, falta del piso mínimo de bienestar y adicciones.

Por su parte, el subdirector de Salud Mental, Manuel Ruiz Mendoza, reconoce que este año ha habido “bastantes suicidios” en Yucatán, pero recalcó que no se trata de un “aumento catastrófico. Estar como el año pasado en el número de casos nos muestra que a pesar de todos los esfuerzos de investigación y tratamientos al fenómeno del suicidio, las respuestas no están siendo las que nos gustaría”, reveló.

Yucatán ocupa el tercer lugar en suicidios a nivel nacional, sólo superado por Quintana Roo y Campeche.

De acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), los estados de la Península de Yucatán reportan una tasa de suicidio promedio de 8.6 casos por cada 100 habitantes, nivel que casi duplica la tasa de 4.9% a nivel nacional.

La tasa de Quintana Roo es de 9.2, Campeche registra 8.8 casos y Yucatán, 8.0.

Cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revelan que el número de personas que cometen suicidio en México se incrementó en 15.8% en los últimos 14 años, lo que representa la cuarta cifra de crecimiento entre 34 países miembros del organismo, sólo por debajo de Corea, Chile y Japón”.

También en Tekax se registró la muerte de Manuel. “Era un bailarín nato, impartía clases para las quinceañeras, todos lo conocían, siempre estaba feliz. Pero en realidad tenía doble personalidad… de pronto se molestaba por cualquier cosa, y amenazaba con matarse… pero nunca pensamos que lo haría”, narra Yolanda Cámara Alonzo, quien recuerda a su hijo por momentos con alegría, pero en otros solloza cuando habla del alcoholismo que padecía.

Manuel decidió suicidarse en su habitación el día 1 de enero de hace tres años, mientras parte de su familia descansaba y los demás festejaban la llegada del Año Nuevo. “Esa madrugada llegó tomado, venía en su motocicleta, y pidió que nadie lo molestara. Se encerró en su cuarto… dejamos que durmiera. Horas después, cuando abrí la puerta, cerca de las 5 de la tarde de ese día, lo encontré con el cuello enredado en la soga de la hamaca, no pude hacer nada”, dice.

“Era gay, pero nunca lo juzgamos”. Asegura que entiende la decisión de su hijo, pues ella intentó suicidarse a los 24 años, tras una discusión con su esposo.

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