El intento del gobierno de Quintana Roo para someter a votación el modelo de lo que será el primer Programa de Ordenamiento Ecológico Local de Tulum (POEL) se vino abajo hoy al carecer de criterios de mitigación y adaptación al Cambio Climático y al no presentarse una versión completa, integral y clara de la versión final del documento.

“El modelo no está completo. Hoy es el último día para hacer comentarios, para tener el modelo integral y definitivo. Debemos tener una versión integrada”, concluyó el director general de Política Ambiental e Integración Regional y Sectorial (DGPAIRS) de la Semarnat, César Chávez Ortiz, ante integrantes del Comité Técnico que elabora el Ordenamiento Ecológico.

Si bien el Colegio de Ingenieros y Arquitectos de Tulum se inconformó por dejar pasar más tiempo para votar el documento –que se elabora desde hace cinco años- el funcionario federal expuso la importancia de concluir el ejercicio con un modelo completo, para lo cual se acordó que la versión final, con mapas, criterios, observaciones y demás elementos, sea enviada a los integrantes del Comité para que en una o dos semanas se someta a votación.

Conformado por los sectores gubernamental, empresarial, académico, cuerpos colegiados y organizaciones civiles, dicho grupo de trabajo se reunió hoy en el residencial Bahía Príncipe, para validar y, en su caso, someter a votación el modelo que, de acuerdo con el análisis hecho por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), Amigos de Sian Ka’an (ASK) y Razonatura, dejaría abierta la posibilidad para construir más de 330 mil nuevos cuartos en el noveno municipio, en los próximos 5 años.

La magnitud de ese crecimiento implicaría una presión desproporcionada para el tamaño del municipio de Tulum, en donde viven 30 mil pobladores, operan apenas siete mil cuartos y padece de un déficit actual del 24 por ciento en dotación de servicios, de acuerdo con datos de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA).

El trío de organizaciones coincide en que si bien es impensable e imposible que en cinco o 10 años se detone un crecimiento de ese tamaño, se está dejando la puerta abierta para que suceda, si se considera la superficie de cada Unidad de Gestión Ambiental (UGA), propuesta, más el porcentaje de desmonte y el número de cuartos por hectárea que se podría construir en cada una de estas unidades, lo cual sumarían esos 330 mil cuartos.

Las UGAS son porciones de tierra que poseen ciertas características ambientales y, con base en éstas, se les asigna un potencial de uso de suelo, es decir, si son de aprovechamiento turístico, urbano, agrícola, sujetas a conservación, preservación o protección, por ejemplo.

El choque de intereses

Tulum es el noveno municipio de Quintana Roo y, por su ubicación geográfica y características únicas en materia ambiental y de atractivo turístico, un caldero de intereses entre quienes insisten en impulsar su crecimiento bajo dinámicas que ponen en riesgo la conservación de humedales, dunas costeras y ríos subterráneos más grandes del mundo, y quienes buscan el desarrollo de la zona bajo esquemas de viabilidad no sólo económica, sino social y ambiental.

Para funcionarios como Ángel Mota, representante del secretario de Desarrollo Urbano del estado, Mauricio Rodríguez, Tulum debe seguir la inercia de su propio crecimiento y consideró que “las posiciones se han radicalizado”.

En paralelo, comuneros de los Ejidos de Tulum y Pino Suárez, solicitan que dos mil hectáreas que pertenecen a la llamada “Fractura de Holbox”, la mayor zona de recarga y abastecimiento de agua para el municipio, se le adjudique un uso para desarrollo urbano o suburbano, lo que pondrá en grave riesgo al recurso hídrico, de acuerdo con ASK, Razonatura y CEMDA, quienes han manifestado su preocupación ante la propuesta.

“No es un afán de conservar por conservar, sino de lo que se puede o no se puede hacer en un terreno o zona (…) no es una cuestión de radicalidad, sino de prevención (...).

“La fractura de Holbox nos preocupa mucho, porque es la zona de captación de agua más grande e importante para Tulum, conecta con Sian Ka’an y la Riviera Maya, y alterarla podría tener implicaciones de abastecimiento para el propio municipio”, expresó Merediz.

Al escenario, se añade un componente adicional, expuesto por el subdirector de seguimiento del Ordenamiento Ecológico de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), José Juan Hernández Chávez: El cambio climático y la vulnerabilidad de Tulum y de la Península de Yucatán, en general, a fenómenos como el aumento del nivel medio del mar, lo que obliga a tomar medidas preventivas, que eviten desastres humanos y materiales a futuro.

“El tema del cambio climático se tiene que aterrizar. El modelo no tiene conceptos ni criterios de cambio climático. La Semarnat está trabajando con el gobierno del estado en tres criterios de cambio climático (…)

“Tenemos que actuar desde hoy, para no tener problemas cuando suba el nivel del mar (…) El reporte 5 del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático) indica que entre 2050 y 2100 se prevé el aumento del nivel medio del mar entre 50 centímetros y un metro”, subrayó.

El funcionario indicó que lo anterior significa que el agua avanzará tierra adentro y que la Península de Yucatán y la zona de Sian Ka’an y Tulum son altamente vulnerables al fenómeno.

Incluso, mencionó que se tendrá que pensar en declarar zonas de exclusión de desarrollo en costas, por motivos de seguridad de asentamientos humanos y para la protección de la propia infraestructura hotelera.

Para la elaboración de los criterios de Cambio Climático, dijo que se tienen que ubicar las zonas inundables, para delimitar zonas de amortiguamiento. Y remarcó que si en ciertas UGAs “se tiene selva inundable, es inundable”.

Ocurre que entre las presiones ejercidas por ejidatarios, hoteleros y algunas autoridades locales, se pretende asignar a algunas zonas del municipio que son inundables, un uso de aprovechamiento urbano o suburbano, lo que pondrá en riesgo lo que se construya ahí.

La selección discrecional

Este viernes, la Secretaría de Medioambiente del estado (SEMA) omitió presentar el modelo entero del Programa de Ordenamiento Ecológico ante integrantes del Comité Técnico, resultado de las observaciones hechas durante la consulta pública, pese a que el documento sería validado y, en su caso, sometido a votación final.

De las observaciones y modificaciones propuestas por el grupo de trabajo durante la fase de consulta pública realizada del 20 al 30 de agosto pasado, la SEMA sólo eligió -a libre arbitrio y de forma discrecional- aquellos que se incorporarían y se descartarían del modelo.

Lo seleccionado por la dependencia estatal fue expuesto hoy como criterios nuevos, criterios modificados o eliminados y opiniones respecto a propuestas coincidentes o que se contraponen. Sin embargo, no hubo una lectura del total de observaciones recibidas durante la consulta pública, en qué consistieron y por qué se eligieron o descartaron.

La situación provocó la inconformidad de Razonatura, de Amigos de Sian Ka’a y del CEMDA, cuyos representantes señalaron que la SEMA omitió cumplir el Reglamento de Ordenamiento Ecológico, que establece que debió fundamentar jurídica y técnicamente a cada uno de los participantes de la Consulta Pública, las razones para haber rechazado las observaciones hechas.

Si bien Salvador Poot Villanueva –funcionario de SEMA- intentó escudarse en los términos de la convocatoria emitida para participar en la consulta, Minerva Rossette del CEMDA, aclaró que por encima de dicha convocatoria está el Reglamento.

Otro acuerdo, fue que una vez terminada la fase de consulta, se formarían mesas de trabajo para que efectivamente los sectores analizaran qué criterios u observaciones se incorporarían y cuáles se descartarían, lo que no sucedió.

El director ejecutivo de ASK, Gonzalo Merediz, respaldo que hubiese sido positivo haber recibido de la autoridad, una respuesta oficial, fundamentada técnica y jurídicamente, de los motivos por los que se desecharon las observaciones de cualquier sector involucrado en la consulta, en aras de abonar a la transparencia.

En la misma posición, Olmo Torres Talamente, por Razonatura, expresó que, previo a la reunión de hoy, se solicitó oficialmente y en diversas ocasiones, esa información y reprochó que se pretendiera obtener la validación o aprobación del modelo, sin ese dictamen.

En respuesta a la exposición del biólogo Poot Villanueva, el presidente del Colegio de Ingenieros y Arquitectos de Tulum, Fernando Aznar Pavón, manifestó la confusión en torno a los lineamientos que se seguirán para construir o no en sitios cercanos o pegados a ríos subterráneos; también se quejó de la ausencia de criterios para el manejo y disposición final de residuos sólidos y cuestionó quién determinará en dónde pasa un afluente subterráneo, así como su trazo, “sobre todo en el ejido Pino Suarez”.

Remarcó que el actual Programa de Desarrollo Urbano “afecta” a muchos particulares, al haber dejado sin densificar terrenos que compraron y por los cuales pagaron, y que ahora carecen de valor, por lo que confió en que el Ordenamiento subsane esa situación. “Con esto se podría abrir una posibilidad para desarrollar en esos predios”, dijo.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses