Reconocen en Chiapas a policías por sus méritos y antigüedad

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SS y PC) reconoció méritos, desempeños y antigüedad laboral de policías de diferentes corporaciones de seguridad pública.

Los agentes reconocidos son los oficiales Víctor Manuel Martínez Santiago de la Subsecretaría de Sanciones Penales y Medidas de Seguridad, con 32 años de servicio; Javier Hernández Sánchez de la Policía Estatal Preventiva, con 14 años de labor en la SS y PC.

De igual manera fueron ponderados, Luis Alberto Benavidez Toalá de la Policía Estatal de Tránsito, con 10 años como funcionario operativo; Juan Enrique Ramírez Tapia de la Policía de Turismo y Caminos, con 6 años de antigüedad y José Arbey Escobar Gómez de la Policía Fuerza Ciudadana, con 4 años en esa corporación.

Los expedientes laborales de los cinco elementos serán analizados para las candidaturas a promoción de categorías o rangos de trabajo, además de que fueron premiados con 72 horas francas o libres.

Jorge Luis Llaven Abarca, titular de la SS y PC expuso que otros incentivos para la policía chiapaneca son el programa “Chiapas te Reconoce”, que premia con un mes de salario según su categoría, a servidores públicos en los rubros de acción operativa, labor social, disciplina, superación profesional, fomento al respeto a los derechos humanos y trayectoria laboral.

De policía a licenciada y maestra en derecho, en la Secretaría de Seguridad Protección Ciudadana, María del Carmen Cruz Grajales funge como oficial de supervisión de la unidad de asuntos administrativos de esa dependencia estatal.

La oficial aseguró que por más de dos décadas de trabajo ha forjado en los peligros de su actividad inicial de policía raso, donde ha combinado el valor, y la sensibilidad para una vida más digna a lado de sus hijos.

Desde sus cargos como agente policíaco María del Carmen logró sus estudios de licenciatura y maestría en derecho. Aseguró que “viene desde abajo” cuando dejó su pueblo natal Pichucalco, y con su primer hijo entonces de cinco meses de edad, empezó como agente policíaco.

Por más de dos décadas de trabajo como policía de calle, de resguardo de edificios públicos, actos masivos y operativos policíacos recibió “ de todo”: agresiones físicas, “mentadas” en las que logró “salvar el pellejo” y obtener la satisfacción del deber cumplido.

Su formación universitaria le permitió un ascenso laboral como oficial en el área de supervisión de la unidad de asuntos administrativos.

“Dejé la parte operativa como policía raso, que me involucraba en circunstancias peligrosas constantes, hoy puedo estar más tranquila y cerca de mis hijos”, enfatizó.

cfe