Restauran 11 mil metros de manglares en Yucatán

Por medio de un proyecto de cuidado al medio ambiente se logró la restauración hidrológica de once mil tres metros de manglares que padecieron un severo deterioro por la actividad humana y diversas contingencias ambientales en el Ejido de San Crisanto, ubicado en la costa central de Yucatán.

La iniciativa realizada por la Fundación San Crisanto en conjunto con el Ejido de San Crisanto logró restaurar once mil tres metros de manglares que fueron dañados por la actividad humana, por esta acción la asociación recibió el “Energy Globe Award”, uno de los reconocimientos de sustentabilidad más prestigiados en el mundo

El presidente de la Fundación San Crisanto, José Inés Loria explicó que las acciones han impulsado sensiblemente el desarrollo de la comunidad, pues además de que se emprendió un proceso continuo de educación ambiental para que el aprovechamiento del área se llevara a cabo de manera amigable, se realizaron acciones específicas como el desasolve de 25 cenotes y el seguimiento a la vegetación y monitoreo de cocodrilos desde el 2004.

“La fundación de la mano con el ejido ‎no tienen duda alguna en que un ambiente sano genera una comunidad sana y de mejor calidad de vida”, expresó.

El galardón fue entregado en las oficinas de la representación comercial de la Embajada de Austria por el Consejero Comercial Friedrich Steinecker, quien explicó que lo que se valoró para entregar el premio a la Fundación San Crisanto fue que se trata de un proyecto de desarrollo sustentable que viene ejecutándose desde 1995 en colaboración con la comunidad.

“Sin duda este premio es un estímulo para continuar con el proceso de desarrollo comunitario. Este reconocimiento da la oportunidad a la Fundación San Crisanto para participar en el Premio mundial de Invierno de Energy Globe” destacó el diplomático‎.

El premio que otorgaron Maneka Ghandi en su calidad de Presidente del jurado de Energy Globe y Wolfang Neumann, Fundador de Energy Globe Foundation, a la asociación yucateca la destaca como un proyecto por el que se le dotó de movilidad social a los miembros de la comunidad con un total respeto al medio ambiente.

El ejido de San Crisanto es una comunidad de 570 habitantes, posee una superficie de manglar de aproximadamente 850 hectáreas.