Un Don Francisco visiblemente emocionado vive los últimos minutos de "Sábado Gigante" al aire, esta última noche de sábado en Miami. Por momentos, incluso una lágrima rueda por una de sus mejillas, como cuando se despidió de La Cuatro, tras la última rutina que hizo junto al personaje de Gloria Benavides, en el estudio de Univision.

En otros instantes, el animador chileno fue el vehículo para llevar esas emociones hacia el público, como al transitar por la alfombra dorada hacia el bus en que se refugió todo el equipo del programa, en el final del mismo, luego de 53 años de vida.

Pero en la conferencia de prensa posterior, Mario Kreutzberger, el hombre tras el personaje al que ha encarnado por esa misma cantidad de tiempo, luce tranquilo, y hasta se da espacio para bromear con parte de los periodistas que llegaron hasta la zona que Univision habilitó especialmente para la ocasión.

Allí, por ejemplo, revela que esa idea del bus y de la alfombra dorada fue suya, y que incluso no encontró acogida en buena parte del equipo, pero insistió en ella hasta el final.

"El 90 por ciento de mis compañeros estuvo en desacuerdo, lo encontraban, para decirlo en francés, una pelotudez (dice pronunciando esa última palabra con acento galo). Y yo no insistí en nada, en lo único que insistí fue en esto: Yo quería que fuera así la despedida", cuenta.

La razón tuvo mucho de práctico, pero también de honrar lo que fue el corazón del espacio que animó por más de medio siglo: "Teníamos que invitar, en el estudio para 220 personas, a nuestros amigos. Vino mucha gente que se pagó su propio pasaje, amigos vinieron de Chile, de la Teletón de México", explicó.

"Entonces, está bien, 220 personas: Mi familia, los amigos... ¿Y el público? El público es la base de la historia de 'Sábado Gigante', lo que ha mantenido a 'Sábado Gigante' durante 53 años. Si se fijan, el programa no se hace en el escenario, se hace en el público. Queríamos tener al público en esta alfombra dorada", enfatizó.

"Soy un hombre de TV"

Sobre lo que viene, Kreutzberger se muestra optimista. "Esto es igual que el principio, cada desafío es una cosa nueva. Cuando vine a Estados Unidos no sabía si me iba a quedar o no me iba a quedar, y de hecho me echaron a las ocho semanas, y me tomaron a la novena", recuerda.

"Por lo tanto, yo no les podría garantizar si lo que voy a hacer va a tener menos, más o igual éxito. Pero yo soy un hombre de las comunicaciones, soy un hombre de televisión, soy una persona que tiene experiencia, y que se siente en este momento con total capacidad para hacer un trabajo que tenga que ver con comunicaciones", agrega.

En ese sentido, su proyección es clara, aunque con la convicción de que éste es también momento de "adaptarme a mi calendario". Por eso "me interesan más programas de entrevistas, docurrealities, desarrollar nuevos talentos, o entregar, si es que a alguien le sirve, mi experiencia a talentos que ya están trabajando en la televisión".

Incluso ya hay proyectos en marcha. "Estoy haciendo un tipo de docurreality en Chile con un nieto", confirma el animador a la prensa norteamericana, a propósito del plan para reflotar en Canal 13 el espacio "Usted no conoce Chile".

La idea es regresar a los lugares que visitó hace cerca de 35 años, y ver qué ha sucedido con esas personas y sitios. "Usted no reconoce Chile", será su nombre.

Desde ahí, también, extrae el ejemplo que da cuenta de una de las facetas que pretende desarrollar: El trabajo con nuevos talentos y la transmisión de su experiencia.

"El equipo que me acompaña son sólo jóvenes de 28 años, y en un momento desesperados me dicen 'cuándo vamos a almorzar, son las cinco de la tarde'. Les dije 'mira, en la tele que yo conozco no se almuerza, porque tenemos que grabar mientras hay luz'. No lo podían creer... Yo sé que los tiempos han cambiado, tal vez los míos no son los mejores, pero yo lo que puedo traspasar es experiencia, esfuerzo, superación, perseverancia, que es la palabra clave en esto".

rqm

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