Un musical íntimo y desgarrador sobre la soledad, la angustia adolescente y el suicidio en la era de la hiperconectividad coronó su improbable trayecto en Broadway con los máximos honores en los premios Tony, la noche del domingo.

Dear Evan Hansen, protagonizado por la revelación de 23 años Ben Platt, en una actuación formidable, se alzó con seis trofeos en el Radio City Music Hall, incluidos Mejor musical y Mejor actor. También les mereció honores a sus jóvenes compositores, Benj Pasek y Justin Paul, que este año ganaron premios Oscar por La La Land.

Platt, en su discurso de aceptación, se dirigió a quienes puedan estar sufriendo el tipo de ansiedad social que enfrenta su personaje, el estudiante del último año de secundaria Evan Hansen. “A todos los jóvenes viendo en casa, no pierdan el tiempo tratando de ser alguien más”, dijo, “porque las cosas que los hacen raros son las cosas que los hacen poderosos”.

Otro discurso memorable fue el de Bette Midler, ganadora del Tony a la mejor actriz en un musical por su elogiado trabajo en Hello, Dolly!. Midler subió al escenario en un traje de lentejuelas y dejó en claro que no se bajaría hasta que estuviera lista. Cuando la orquesta comenzó a tocar para recortar su discurso, no sólo habló por encima de la música, sino que dijo alegremente: “¡Corten esa mier...!”

Su discurso le proporcionó al anfitrión Kevin Spacey — quien cantó, bailó, hizo imitaciones y en general estuvo dispuesto a lo que fuera — su mejor línea de la noche. Al aparecer como su personaje de la serie House of cards, Frank Underwood, comentó que mejor se iba “antes de que Bette Midler le agradezca a alguien más”.

En la competitiva categoría de drama, Oslo, una obra de tres horas de J. T. Rogers sobre los acuerdos de paz de 1993 en el Medio Oriente, superó a puestas que incluyeron A dolls house, Part 2 de Lucas Hnath, la ganadora del Pulitzer Sweat de Lynn Nottage, e Indecent de Paula Vogel.

(En un nuevo giro, los cuatro dramaturgos presentaron personalmente su trabajo).

A diferencia del año pasado, cuando Hamilton dominó el espectáculo y ganó 11 Tonys, los premios se distribuyeron más equitativamente.

Hello, Dolly! obtuvo cuatro galardones, incluyendo a Mejor reposición de un musical y Mejor actor de reparto, para el veterano de Broadway Gavin Creel. Y el premio a la Mejor dirección de un musical fue para Christopher Ashley de Come from away, el edificante show sobre el pueblo de Gander, Newfoundland, que acogió a miles de personas que quedaron varadas en el aeropuerto tras los ataques terroristas del 11 de septiembre.

La bulliciosa Natasha, Pierre & The Great Comet of 1812, que contaba con 12 nominaciones, terminó llevándose sólo dos premios técnicos, a mejor escenografía e iluminación.

Claramente fue la noche de Evan Hansen. Su escritor, Steven Levenson, obtuvo el honor al Mejor libreto y Alex Lacamoire el de Mejor orquestación.

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