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El director Diego del Río sintió que el jueves pasado superó una prueba fuerte: el estreno del musical Rent en el Teatro Milán, donde conquistó al público con su propuesta. Pero en un par de meses enfrentará un nuevo desafío al incursionar en cine y tv.

“Desde que empecé a dirigir teatro he sabido que hacer cine es como una tarea pendiente que tengo, me interesa andar ese camino, pero es un mundo diferente, ya tuve la experiencia con la serie El cuarto piso que, espero se concrete para el siguiente año, la dirigí junto a Hari Sama, me sentí muy cómodo con el lenguaje de la cámara, con el tono de los actores, entonces tengo muchas ganas de experimentar”, comentó Diego del Río.

Aunque aún no puede hablar mucho del proyecto de cine porque están detallando algunas cosas de los derechos de la historia, es algo que le emociona mucho, pero hasta que llegue el momento de gritar “¡acción!”, disfruta de su triunfo en las tablas.

“La verdad es que estamos emocionados porque sentimos que el mensaje (de Rent) está viajando, que sí está tocando la historia al espectador, al final ovacionaron de pie, había números donde se sentía que realmente el público estaba tocado, conectado con los personajes y con el trabajo de los actores y yo me siento bien por eso”, expresó Del Río.

A pesar de ser este el primer musical que Diego del Río dirige, aseguró que no es improvisado porque los conoce bien, por eso se sintió cómodo abordando este género, en el cual tuvo que trabajar con un número mayor de gente y con otro lenguaje teatral, es por eso que quiere seguir probándose en esta clase de montajes.

“Hay cierto tipo de musicales que me interesan, como Rent, que tienen textos profundos, personajes complejos, que la música emociona de manera personal y que sienta que tengo algo que decir con esas historias”.

Diego del Río recordó que cuando tenía 14 años estuvo a nada de dirigir esta obra del dramaturgo estadounidense Jonathan Larson, pero eso tiene un significado especial llevarla a escena ahora que está en la plenitud de su carrera.

Para quien dirigió obras como El chofer y la señor Daisy era todo un reto contar esta historia de un grupo de jóvenes artistas que tratan de sobrevivir en un barrio de Nueva York, teniendo como contexto los inicios de la década de los 90, justo cuando la enfermedad del SIDA arrasaba con la vida de muchas personas, además de la pobreza y las adicciones.

“El desafío fue que la historia se contara con mucha claridad, que el espectador en verdad entendiera toda la dramaturgia y los procesos por los que transitan los personajes, que hubiera un equilibrio entre el espectáculo y las convenciones teatrales que vamos armando los creativos y yo, sin traicionar el material, y por otro lado hacer una propuesta íntima de un musical en un teatro mucho más acogedor como es el Milán, donde realmente el espectador puede apreciar mínimos detalles”.

Para lograr su objetivo contó con el trabajo en escena de los actores Kike Jiménez, Daiana Liparoti, Gimena Gómez, Rodolfo Zarco, Paloma Cordero, Iker Madrid, Luis Villarreal y José Sampedro.

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