Los Tigres del Norte convencieron y complacieron en la primera de dos fechas en el Auditorio Nacional en una noche donde cantaron sus éxitos, corridos y letras a favor de los migrantes y por el sueño americano; aunque, contrario a su costumbre, no dieron ningún discurso y se limitaron a la dedicación de una canción.

"Esta se la vamos a dedicar a los vecinos", expresaron para entonar el tema "Somos más americanos", canción durante la cual mantuvieron su puño en alto y se ayudaron con la frase "somos más americanos que todititos los gringos" provocando el júbilo entre los presentes.

Al inicio del espectáculo se apagaron las luces y tras un misterioso silencio de unos minutos arrancó el show con trompetas y violines. Una peculiar manera de presentar los temas más exitosos de la agrupación mexicana y un video con su trayectoria fue el preámbulo para que los integrantes salieran al escenario a las 21:00 horas.

Con luces azules, verdes, blancas y moradas en una producción que incluyó una pantalla grande al centro y otras más a los lados vistieron de negro para iniciar su repertorio con "Jefe de jefes" y seguir con "La reina del sur"; para ese momento algunos de los cerca de 10 mil asistentes comenzaban a levantarse de sus asientos.

"Buenas noches", saludaron tomándose todos de las manos y haciendo una reverencia. "Gracias porque a través de los años siguen llenando nuestros corazones con sus aplausos y sobre todo el cariño que recibimos cuando cantamos las canciones que estos servidores hicieron para ustedes. No tenemos cómo pagarles tanto apoyo que hemos recibido y por eso esta noche estamos para hacerlos gozar a través de toda nuestra historia musical, ¡que se diviertan! Ustedes son nuestros jefes hoy y siempre, nos dicen qué canción quieren y para eso venimos", saludó Jorge Hernández.

Entre el público se encontraba una cartulina pidiendo "Rosita de olivo", así que con ella continuaron cuando en los pasillos había parejas bailando. Mientras Hernán posaba con su bajo para algunas fotografías con sus fans sonaba "Directo al corazón", aunque las voces se unieron a coro en "Ni parientes somos".

De esta forma siguieron complaciendo con "La granja", "Prisión de amor" y "La jaula de oro", que es un tema que escribieron hace mucho tiempo, pero ya que los problemas migratorios siguen vigentes regrabaron junto a artistas como Julieta Venegas o Juanes.

Algunos de los asistentes con sombreros cantaron al ritmo de "La mesa del rincón" para dar paso a la Orquesta Sinfónica del Complejo Cultural Universitario de Puebla, dirigida por Alberto Moreno,  que los acompañó en su MTV Unplugged, quienes pusieron un toque distinto a "Golpes en el corazón" para volver al formato normal con "Pacas de a kilo".

La fiesta y los aplausos se desataron con "La manzanita". Después, "uno de los temas que ocurre todos los días en muchos países del mundo y lo vivimos casi todos los días", expresaron antes de "La bala".

Uno de sus clásicos corridos llegó de la mano de "El rengo del gallo" y luego "Quiero volar contigo", "Pedro y Pablo" o "La puerta negra"; las complacencias eran escritas en papeles que les hicieron llegar y unas de las más solicitadas era "La banda del carro rojo", "La tumba falsa" o "Camelia la tejana", con la que se despidieron.

"¿No se quieren ir todavía, ¿seguros que quieren otra?", dijeron. Ante la respuesta positiva y con más horas de show decidieron continuar con "El contagio", "El niño y la boda", "La muerte anunciada", "América" o "Corazón de oro" y despedirse en varias ocasiones para irse definitivamente del escenario cercana de la media noche.

ahd

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