Nueva York.— El primer programa de SNL en 2017 no podía tener otro tema que Donald Trump y su primera aparición oficial como presidente electo de Estados Unidos ante los medios de comunicación, el miércoles.

El show de televisión parodió en su programa del sábado esa comparecencia teniendo a Alec Baldwin caracterizado como Trump (tal y como lo ha hecho desde hace un año).

Con sarcasmo e ironía, el Baldwin-Trump respondió a las preguntas de la prensa en un sketche en el que el tema más sobresaliente fue el ObamaCare, sistema de salud implantado por Barack Obama para atender a la población más vulnerable.

La pregunta a Baldwin-Trump fue: “¿está usted consciente de que la suspensión de ese programa de salud representa la muerte para algunas personas?” La respuesta fue lacónica y lapidaria: “Nena, escucha, estoy a punto de ser el presidente de Estados Unidos, así que todos vamos a morir”.

Como con todos sus críticos, Donald Trump ha sido duro en sus respuestas a Saturday Night Live. En diciembre pasado, declaró que el programa era aburrido, que la interpretación de Baldwin de su persona es mala e insinuó que el show no va a durar mucho.

El presidente electo, quien apareció como anfitrión invitado en SNL en noviembre del 2015, señaló: “Fui anfitrión de SNL cuando era un buen programa pero ya no lo es. Primero que todo, y no tiene nada que ver conmigo, no tiene nada de gracioso, los sketches son terribles. Me gusta Alec, pero su imitación es realmente mala... es muy tendenciosa y no me gusta”.

Toman distancia. SNL no es el único espacio en el que Donald Trump y el mundo de los espectáculos coinciden. Nicole Kidman dijo ayer que cuando afirmó que los estadounidenses debían apoyar al presidente electo Donald Trump fue sólo un comentario sobre su convicción democrática, no su adhesión al próximo presidente.

Kidman dijo que sus declaraciones fueron malinterpretadas. “Yo intentaba subrayar que creo en la democracia y en la Constitución de Estados Unidos, así de simple”, afirmó.

Cuando un entrevistador le pidió que abundara, ella elevó las manos y dijo que había terminado su comentario sobre el tema.

Kidman nació en Hawaii de padres australianos y tiene doble nacionalidad, la australiana y la estadounidense. La artista ganó el Oscar por su papel en la película The Hours de 2002 y actualmente protagoniza la cinta Lion.

En cambio, quien sí abundó en su postura respecto al presidente electo fue Jennifer Holliday, quien decidió no acudir a las festividades de la toma de posesión de Donald Trump luego de que los seguidores gay y negros de la estrella de Broadway se inconformaron con ella.

Holliday, conocida por su papel ganador de un Tony en el musical Dreamgirls, dijo en una entrevista el sábado que no había pensado que cantar en un concierto el jueves en el Lincoln Memorial en Washington sería interpretado como una declaración de respaldo al presidente electo.

La artista decidió retirarse del concierto a las 3 am. luego de leer un comentario sobre cómo estaba tomando el público el hecho de que ella participara, y se disculpó por su falta de criterio. “De pronto lo entendí. La comunidad gay ha sido una gran parte de mi vida y mi carrera. Siento que realmente no habría una Jennifer Holliday o una Dreamgirls en el siglo XXI sin ellos.

“Necesitaba al menos escucharles para saber por qué les parecía una decepción tan grande”.

“No tenía idea de que sería interpretado como una declaración política”, dijo. “Es mi culpa por no prestar atención al ambiente en el país en estos momentos”.

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