Por décadas, sostiene Andrew Bolton, el principal curador de grandes exhibiciones de moda en el Museo de Arte Metropolitano, hemos estado viendo la moda a través de un prisma defectuoso. Hemos asumido, según él, que las prendas hechas a mano son mejores, más puras, elegantes, más lujosas, y que las confeccionadas a máquina son inherentemente inferiores, mediocres incluso.

Estamos equivocados, afirma Bolton, y su nueva exhibición en el Met que abre sus puertas esta semana, "Manus x Machina: Fashion in an Age of Technology", busca demostrar que la máquina es "protagonista a partes iguales" con la mano en la creación de las mejores ropas de nuestro pasado reciente, nuestro presente y futuro.

"Para mí, no importa si un buen diseñador hace una prenda a mano o a máquina", dijo en una entrevista reciente. "Realmente se trata del resultado que deseas obtener, del efecto deseado, y a veces puedes lograrlo mejor con una máquina que a mano. Así que esta exhibición pretende desacreditar los mitos ... pero también crear un nuevo paradigma para la moda".

Bolton presentó su nueva exhibición a los medios el lunes apenas unas horas antes de la gala anual del Met, el gran evento benéfico tachonado de estrellas encabezado por la influyente editora de Vogue Anna Wintour por 18 años. La velada genera millones de dólares para el museo, y la alfombra roja es siempre una muestra embriagante de luminarias del cine, la música, el deporte y, por supuesto, la moda.

Personas regulares que no son lo suficientemente famosos como para recibir una invitación a la gala pueden ir simplemente a ver la exposición a partir del 5 de mayo. Serán recibidos, antes que nada, por un imponente vestido de novia creado por Karl Lagerfeld para Chanel en 2014 con una enorme cola dorada que, para Bolton, es un ejemplo del mejor tipo de fusión mano-máquina. El vestido, hecho de una tela sintética llamada "tejido Scuba", fue moldeado a mano, cosido a máquina, y entonces acabado a mano con un intricado bordado de perlas y gemas que forman un brillante patrón barroco.

"En total, la cola requirió 450 horas de trabajo", dijo Bolton, y la máquina fue tan integral para conseguir el efecto como la mano.

Bolton dijo que se inspiró para esta exhibición, que cubre moda de fines del siglo XIX hasta el presente, cuando estudió el famoso vestido "Mondrian" de 1965 de Yves Saint Laurent, que reflejaba los diseños lineales del pintor holandés, en los archivos del museo.

"Descubrimos que fue hecho casi completamente a máquina", dijo el lunes. Estaba sorprendido.

Algunas de las prendas en "Manus x Machina", patrocinada por Apple y que incluye algunos de los diseñadores más famosos del mundo, están hechos mayormente a mano y algunos mayormente, o incluso por completo, a máquina. Pero la mayoría combinan ambas cosas.

El diseñador británico Gareth Pugh, por ejemplo, presenta dos vestidos de su reciente colección que están hechos con pajitas para beber de plástico, uno todo negro y el otro todo blanco. "Cada pajita fue cortada a mano", explica el diseñador en las notas de la muestra. Fueron adheridos cada uno de manera individual, a un vestido recto negro de seda y lana cosido a máquina.

En el lado más clásico, se incluye un vestido de alta costura de Dior de 1953, cosido a máquina y acabado a mano con impresionantes flores, tréboles y grama artificiales. Podría ser difícil imaginar que haya una máquina de coser detrás de esto, pero ese es el punto de Bolton: la alta costura y la ropa de confección son definiciones demasiado estrictas, en su opinión.

"La brecha se está reduciendo", dijo en una entrevista. "Piensen en Sarah Burton (de la marca Alexander McQueen). El bordado es increíble, pero sigue siendo visto como de confección. Para mí la principal diferencia entre alta costura y ropa de confección es cómo queda puesto. La alta costura siempre ha tratado sobre hacer una pieza de ropa diseñada para que quede bien a un cuerpo, y la de confección sobre crear tamaños estandarizados para que les queden a muchos tipos de cuerpo. Pero en términos del acabado, en términos de la artesanía involucrada, esa brecha se está reduciendo. ¿NECESITAMOS dos categorías?".

Como para probar el punto de Bolton, una sección de la muestra sobre encaje incluye los artículos más tradicionales — un vestido de novia irlandés de 1870, por ejemplo, hecho con encaje de algodón tejido a mano por un diseñador no identificado — y los más modernos, pero igualmente complicados. Un vestido blanco que parece hecho de cuero cortado con láser en realidad está hecho de espuma. El atuendo, del diseñador Thom Browne, fue cortado con una máquina, cosido a máquina, y acabado con una máquina.

"Es muy raro para mí hacer una prenda de vestir en la que la mano está ausente del todo", escribe Browne. Pero "me encanta la precisión y la perfección de la ropa hecha a máquina tanto como me encanta la imprecisión y la imperfección de la ropa hecha a mano".

cvtp

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