Laura Bozzo, la abogada de los pobres que viste Chanel.

En medio de sus campañas sociales y su programa, la peruana no pierde el estilo. En su emisión, la conductora busca tener una imagen que incluya ropa de diseñador, y accesorios. La misma conductora de tv ha dicho que le gusta lucir bien, porque para eso trabaja. Entre bolsas Luis Vuitton, Chanel, Prada y alguno que otro diseño exclusivo, hasta de lentes de sol, La señorita Laura abraza aquellos que están necesitados de trabajo y una vida digna.

¿Enemigos de los mexicanos?

Nadie niega que Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón y El Negro Iñárritu son nuestros máximos representantes en Hollywood pero, a pesar de la fuerza que han alcanzado, muy poco han hecho por ayudar a los actores mexicanos para que alguno logre hacer carrera allá, pues se resisten a meterlos en sus películas. Sólo Iñárritu en Babel —y eso porque no le quedaba de otra (una niñera mexicana lleva, a escondidas, a unos gringuitos a una fiesta en Tijuana)—, y Adriana Barraza no sólo no le falló a El Negro sino que hasta nominación al Oscar se llevó. Pero ni aún así quieren darle más chances a sus paisanos. ¿Qué onda, no que solidarios con sus paisanos?

Mauricio Islas, a disimular sus implantes.

Mauricio Islas preguntó al espejo y, como Maléfica, escuchó lo que no hubiera deseado: “Se te está cayendo el cabello”. Decepcionado, dejó de sentirse el más bello del reino de los actores, pero sólo de manera temporal porque de inmediato tomó cartas en el asunto y se fue a hacer unos implantes de cabello con los que todavía no quiere aparecer ante los medios de comunicación y, mejor aún, no quiere hablar porque tiene la esperanza de que nadie lo note.

Inclán, mejor mojado gratis que seco y pagando.

El comediante mexicano Rafael Inclán prefirió correr bajo la lluvia y hacerle el caldo gordo a los vendedores ambulantes comprándoles un impermeable, que perderse el espectáculo Corteo, del Circo del Sol, al que fue invitado, y cuyo boleto menos costoso es de 950 pesos. El comediante, que nunca se ha caracterizado precisamente por su glamour, llegó a la alfombra roja del show cubierto con un plástico dorado. “Eso me pasa por gorrón y no pagar (los boletos), los revendedores sacan provecho y venden impermeables en 40 o 50 pesos”.

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