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Gilberto Bosques fue el Oskar Schindler mexicano. De 1940 a 1943 salvó a 40 mil españoles huyendo de la dictadura y a 5 mil judíos, que intentaban salvarse del poderío nazi.

Comisionado por el presidente Lázaro Cárdenas primero y por Manuel Ávila Camacho después, adquirió un par de castillos franceses en ruinas para dar asilo a la gente e mandarlos paulatinamente a tierras mexicanas.

Entre las familias que fueron salvadas por Bosques se encuentran la de la actriz Susana Alexander y el productor Luis de Llano, así como del realizador Rafa Lara (5 de mayo, la batalla y Labios rojos), quien ahora llevará al cine la historia del diplomático mexicano.

“Desde niño escuchaba esas historias en los domingos de paella y mi abuelo decía: ustedes existen gracias a este señor”, cuenta Lara.

“Es la historia de un héroe aún desconocido para varios pero que hizo grandes cosas por mucha gente y debe saberse lo que hizo”, agrega.

Hace una semana, Bosques fue la imagen oficial de Google, en su 125 natalicio. El proyecto cinematográfico cuenta con apoyo mexicano, alemán y español, además del permiso de la Comisión de Filmaciones de Austria para rodar en los campos de concentración reales y adaptarlos a la historia.

Laura Bosques, hija del diplomático, fue quien otorgó la autorización exclusiva para llevar a la pantalla grande y en inglés la vida de su padre, a la par de una serie en español.

“No teníamos miedo en esa época, mi papá ayudaba a las personas y nosotros a él, ahora que llegó Rafa Lara y presentó lo que quería hacer, vimos que lo tratará con respeto y como era”, señala Bosques.

El filme tendrá un costo no menor a los 20 millones de dólares (unos 400 millones de pesos mexicanos) y rápidamente, indica Lara, la gente se está interesando en subirse a él.

¿El protagonista? Aún se está en pláticas, subraya el realizador, pero lo más probable es que sea un mexicano ya conocido en Hollywood, del que se niega a dar el nombre.

La película, que le ha siginificado cinco años de investigación a Lara, abarcará de 1939 a 1944. La seria se abriría a otros aspectos como su relación con Cárdenas y su paso por Cuba, durante la crisis de los misiles.

“Gilberto Bosques llega a hacer todos los esfuerzos diplomáticos, había campos de concentración con condiciones infrahumanas en la frontera con Francia, morían cientos y entonces viene la invasión nazi a Francia y entonces se añade un nuevo factor que era el judío”, explica.

“Muchos comenzaron a acercarse a la comunidad mexicana para pedir apoyo y se ve rebasado por las miles de peticiones de asilo, y en el caso de los judíos ya comenzaron a ser clandestinas, mueve cielo tierra y mar, consigue dinero por todos lados, porque lo del gobierno era insuficiente y con trabajo logra a sacar a varios miles”, indica.

Y recalca: “No sólo es un homenaje a la labor diplomática y de astucia, sino un homenaje al exilio español y judío en México”.

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