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El cine para el director artístico Eugenio Caballero tiene mucho de juego. El ganador del Oscar por El Laberinto del fauno busca que sus proyectos le enseñen y lo transporten a él mismo, incluso a esa etapa de niñez cuando descubrió sus pasiones.

“Si no te sigues divirtiendo como un niño cada vez que lo haces (tu trabajo), con toda la presión económica que tienes o de tiempo no puedes, al final (lo que te mueva) tiene que ser la ilusión de seguir jugando a contar historias”, dijo el mexicano.

Desde siempre se ha conmovido por la parte narrativa de las películas de las que ha formado parte. “Crear historias dentro del lado visual. Yo no hago sets para que nada más se vean padres sino para que de alguna manera den un contexto y cuenten una historia”.

Aunque por años se había alejado de los filmes fantásticos, llegó algo que lo apasionó. No es la primera vez que Caballero trabaja con el director español Juan Antonio Bayona (Lo imposible), por lo que cuando éste le confirmó que harían la versión cinematográfica del libro de Patrick Ness, Un monstruo viene a verme, no le importó volver al género que lo llevó a la fama, ya que el tema a tratar lo valía.

“Es algo universal, el sobreponerse a la pérdida y enfrentarte a tus miedos. Algo que me ocupa todos los días, temor de perder lo que uno más quiere. Por un lado es una historia bastante íntima pero por el otro está la fantasía que es uno de los elementos holísticos, de curación: el arte”.

Un niño (Lewis MacDougall) vive con su madre (Felicity Jones) en el norte de Inglaterra aislado en un suburbio alrededor de Manchester, a pesar de su buena relación todo cambia; ella está enferma y va perdiendo la batalla, que repercute en su abuela (Sigourney Weaver) y su padre (Toby Kebbell).

“Empieza a afrontar esos miedos que tiene y para entender lo que está pasando establece una relación con un personaje que es un árbol que ve desde su ventana, en la parte de arriba de una colina. Ese árbol se transforma en un monstruo que viene y le cuenta tres historias que al principio parecen inconexas, después ves las claves para hacer las paces con lo que le toca”.

Este monstruo es personificado por Liam Neeson, quien utilizó un traje de motion capture en la película que el creador considera como ambiciosa y que se estrena con 350 copias a partir del 20 de enero en las salas mexicanas. Filmada en España e Inglatera, con más de 60 sets principalmente en interiores, algunos removibles y con maquetas como en los viejos tiempos para crear destrucción, cuenta los pasos para la creación de una nueva criatura.

“La pregunta es, ¿qué representa? Crear un monstruo como éste es una disciplina conjunta entre el director, la gente de efectos especiales, maquillaje especial… debemos saber cómo queremos que se vea, qué tan espectacular va a ser y cómo va transformándose.

“Necesitábamos que tuviera mucha fuerza, sabiduría y ciertas conexiones familiares porque se toca un tema de legado. Que no fuera una criatura solamente generada en digitales sin la humanidad de un actor detrás”.

Eugenio ha hecho una importante carrera colaborando con reconocidos cineastas como su compatriota Guillermo del Toro y ahora lo hace también junto a Alfonso Cuarón, recreando un escenario setentero para Roma, que se filma en la Ciudad de México.

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